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El reto
Inicia una nueva administración y el reto para el entrante Secretario de Tránsito, no es nada fácil.
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Sábado, 11 de Enero de 2020

Inicia una nueva administración y el reto para el entrante Secretario de Tránsito, no es nada fácil puesto que las tensiones derivadas de las competencias entre Gobierno y Tránsito, es muy probable que continúen.

La lista de mercado es bastante extensa, motivo por el cual expondré algunos casos.

La escasa cultura ciudadana, obligó a la instalación de varios puntos de detección de infracciones por medio electrónicos, llamados Fotomultas y a mi criterio, aún faltan muchas más, toda vez que indisciplinados conductores, poco les importa bloquear un carril de una vía arteria o de una alimentadora.

Algunos propietarios o arrendatarios de locales comerciales, estacionan motocicletas sobre los andenes para reparación o venta, dejando en riesgo a los peatones, evidenciando un problema de violación del espacio público y a las normas de tránsito.  

Las relaciones con la Policía Nacional en su especialidad Tránsito y Transporte no han sido las mejores, debido a que sus comandantes, ignoran en muchas oportunidades las instrucciones que imparte el responsable de la movilidad y sumado a lo anterior, demora en la suscripción del respectivo convenio y desvío de las tareas por órdenes jerárquicas superiores.

El incumplimiento de las normas de tránsito, principalmente por los moteros, es la principal causa de accidentes y eso sucede en todo el país. Pese a que existe un Decreto Municipal que prohíbe el trasporte de menores y el uso de chancletas para los mismos conductores, la norma, es ignorada por completo. 

La contaminación de un alto número de vehículos públicos y privados, producida por la combustión de deteriorados motores, amenaza seriamente la salud de los habitantes, pese a que la ley establece procedimientos claros de inmovilización, así el conductor presente certificados técnico mecánicos y de emisión de gases, con presunción de legalidad, sin embargo el problema es latente y no atendido.   

La debida instrucción para la regulación del flujo vehicular en sitios muy críticos, como por ejemplo los que se presentan sobre la Avenida 7 entre calles 12 a 6 es realmente el ejemplo de lo que no debe suceder en una ciudad capital.

El control a los vehículos de servicio público que tienen vidrios oscuros, a pesar de estar prohibido de manera taxativa en la ley, es algo que ignoran nuestras autoridades y por ende, se facilita la acción delictiva.   

Son muchas más las tareas que debe revisar el nuevo funcionario, seguro que desde esta columna, realizaré las observaciones que a mi modo de ver, presenten mejora o por el contrario, se vuelvan más críticas. Sin embargo y por el bienestar de todos los conductores, le deseo éxitos en tan complejo reto.  

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