“Llegó a Cúcuta una tarde calurosa. Venía salpicado de olas, y en sus pies traía arena de la orilla del mar. Del mar de Portobelo. Un morral de sueños era su equipaje principal, y tenía una sonrisa blanca que nunca abandonaba. Venía de paso, tras las huellas de una mujer cucuteña, que se estaba metiendo entre sus versos”.

Así comienza el libro que sus compañeros de EscribArte escribieron para rendirle homenaje a Pedro Cuadro Herrera, al cumplir dos años de fallecido, libro cuya presentación se hará  mañana, miércoles 6 de septiembre, en el marco de la Fiesta del Libro, de Cúcuta, en la biblioteca Julio Pérez Ferrero.

Pedro llegó de Cartagena, hace casi treinta años, a la pata de Marlene, hermosa cucuteña a quien había conocido en los claustros universitarios de Tunja, y a quien después hizo su mujer. Como quien dice, Marlene se dejaba seguir, se lo trajo y lo volvió cucuteño, con raíces y todo, raíces a quienes llamaron César Augusto y Sonia Carolina.

Al otro día de haber llegado comenzó a preguntar por los escritores cucuteños y así resultó metido en las reuniones que un grupo de soñadores hacía en la biblioteca departamental, dirigida en ese entonces por Álix Vargas Bermonth, quien impulsó la creación de la Asociación de Escritores de Norte de Santander, entidad a la que Pedro ayudó a darle forma y de la que más tarde sería su presidente.  

Las debilidades de Pedro eran su familia, la música (boleros, salsa antillana y son cubano), el softbol y la poesía. Se ganaba la vida dictando clases en universidades y colegios. Escribía para periódicos, revistas, suplementos literarios y libros. 

Una noche de bohemia, en un pequeño bar de la ciudad, departían Pedro Cuadro, Ciro Pérez, Serafín Bautista y Raúl Sánchez Acosta, todos excelentes escritores, y quien esto escribe, y les dio por conformar el Grupo Literario EscribArte, que se convirtió en estímulo y motivo de unión y de producción literaria. Se siguieron reuniendo, dieron recitales, publicaron libros y EscribArte fue una prometedora realidad.

Por eso, ahora que no está Pedro, sus compañeros han decidido rendirle un homenaje de la manera que más le hubiera gustado a él que lo homenajearan: con poesía. Así nació el libro El hombre que vino del mar, con poemas, un hermoso cuento de Raúl Sánchez Acosta, un ensayo de Ciro Alfonso Pérez, unas vivencias amistosas de Serafín Bautista Villamizar, unos recuerdos de José Antonio Amaya y algunos versos, plenos de amistad, del escritor invitado, Carlos Rodolfo Carrillo. Como preámbulo aparecen unos poemas de Pedro Cuadro, y como epílogo unas imágenes del poeta fallecido.

La presentación será mañana miércoles a las 6 de la tarde, con un ambiente cartagenero, bajo la carpa Caribe, con canciones de Cartagena y muchos recuerdos de playa, brisa y mar. Estamos todos invitados.