El concejal Oliverio Castellanos es una de las personas que representa el Concejo de Cúcuta. En la pasada legislatura fue el único que presentó una iniciativa, la cual reconocí por esta columna, aunque a decir verdad cuatro años y una propuesta para la ciudad, es poco así los demás no hubiesen presentado nada.

El nuevo grupo de concejales, no tenía ni treinta días de posesionado y de una vez citaron a un debate de control político al Secretario de Tránsito, por aquello del muy controvertido “Pico y Placa” el cual desapareció dentro de una estrategia del alcalde Rojas, la cual denominó: Pacto Social.

Ese Pacto Social, incluyó la propuesta de buen comportamiento por parte de los ciudadanos, orientada a respetar las vías públicas aspecto que según los mismos medios de comunicación, no se ha cumplido y por el contrario el problema ha aumentado. Uno de los factores que más afecta la movilidad, es la pésima o inexistente cultura ciudadana que se resiste a utilizar los parqueaderos, y por eso el flujo vehicular se impacta negativamente al encontrar obstáculos representados en invasión de carriles por las vías céntricas de la ciudad, convertidas en parqueaderos ilegales motivo por el cual la autoridad de tránsito tiene la obligación de proceder acorde a la Ley 769 de 2002.

En la misma ley, se define la palabra vehículo: “Todo aparato montado sobre ruedas que permite el transporte de personas, animales o cosas de un punto a otro por vía terrestre pública o privada abierta al público” y tal como reza la norma, incluye también las motocicletas.

Por una cadena radial nacional escuché declaraciones del concejal Oliverio Castellanos, quien en tono de reclamo se pronunciaba porque la Policía Nacional, en una grúa utilizada para realizar el procedimiento, se llevó una motocicleta que presta servicios domiciliarios, abandonada en las afueras de una entidad bancaria.

El concejal airadamente decía que citaría a un debate de control político al Secretario de Tránsito, persona que fue objeto de las críticas del mismo cabildo por el caos vehicular y ahora, Castellanos pretende ser el héroe de los infractores al actuar como defensor de las personas que lideran las estadísticas en materia de accidentalidad, imprudencia e infracciones de tránsito, lo cual desdice mucho de la verdadera tarea de un cabildante.

Al paso que vamos, el Pacto Social se desvanecerá rápidamente en materia de movilidad y por eso la actitud del concejal debe ser reconsiderada, puesto que insistir en debates para apoyar la ilegalidad y la falta de cultura ciudadana es un verdadero desacierto.