Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
El final de la búsqueda
La década de los noventa, Alfaguara había editado gran parte del catálogo faulkneriano en hermosas ediciones compactas que estaban desperdigadas por ahí.
Authored by
Viernes, 23 de Mayo de 2025

Cuando la alarma saltó en una pequeña librería de segunda mano de Salamanca sabía que 15 años después había llegado el momento. Ordené el libro antes de que se desvaneciera tan fugazmente como había aparecido en mi radar y pocos días después ahí estaba, la edición de “¡Absalón, Absalón!” publicada por Alianza Editorial a principios del milenio. Para el resto del planeta bien podía ser un título más de William Faulkner con bordes amarillentos por el inapelable trasegar del tiempo, pero para mí era el final de la búsqueda, una que comenzó aquella buena tarde en que su literatura y yo nos cruzamos y no volvimos a separarnos.

Todo empezó con la reimpresión de “El Ruido y la Furia” hecha por Alfaguara en 2010 y que compré durante alguna promoción de la Librería Nacional, obra que inició la temporada de reediciones que desembocaría en el “Año de Faulkner” de 2012, con ocasión de los 50 años de su muerte. De esa tirada moderna me hice con “Intrusos en el Polvo” en la Librería Lerner antes de que se esfumara de los catálogos y con sus “Cartas Escogidas” en la librería El Aleph, las cuales fueron uno de mis más gratos descubrimientos literarios de 2021.Luego cayó “Mosquitos” cerca de la Luis Ángel Arango, con su épica contraportada deeasteregg, donde entre tantas fotografías anónimas hay una del mismísimo Faulkner fumando con gafas negras y bañador.

Investigando,encontré un dato que despertó mi alma coleccionista: en la década de los noventa, Alfaguara había editado gran parte del catálogo faulkneriano en hermosas ediciones compactas que estaban desperdigadas por ahí. Una a una, las fui rastreando todas.Desde “El Villorrio”, que tuve que recoger con mi novia en una estación perdida de Pozuelo a una hora de tren, hasta dos ejemplares de “Pilón”, el segundo de ellos reemplazando al primero cinco años luego de que mi perro se lo comiera en un ataque de ansiedad por separación. “La Ciudad”, “La Mansión”, “Santuario” y su doble Pulitzer con “La Escapada” y “Una Fábula”, cada hallazgo me acercaba un poco más a la meta y auténticamente me aceleraba el corazón.

Parecen lejanos mis recuerdos de estudiante cuando compré “Las Palmeras Salvajes” en la librería del Fondo de Cultura Económica como premio de consolación porque no me alcanzaba lo ahorrado para el volumétrico tomo de sus “Cuentos Reunidos”, obra que no volvería a ver para llevármela sino hasta un lustro después en la Librería Tornamesa. Se difuminan mis memorias sobre cómo inicié la trilogía de Alianza Editorial que completaría “¡Absalón, Absalón!” con “Mientras Agonizo” y el más que escurridizo “Gambito de Caballo”. Y ni hablar sobre cómo tuve que cruzar un océano para unir los dos tomos esquivos que conforman “De Esta Tierra y Más Allá” y “El Campo, El Pueblo y el Yermo” en la siempre confiable Seix Barral.

Cierro el ciclo desactivando todas las alarmas en distintas aplicaciones que durante tantos años me acompañaron en la cacería y me siento, a la vez, tan vacío como completo. Convertido yo mismo en una paradoja faulkneriana.

fuad.chacon@outlook.com


Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion

Temas del Día