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¿Dónde está la platica?
Se ha visto de todo: empresarios que sacrifican parte de sus ganancias para repartir mercados entre los más necesitados.
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Viernes, 17 de Abril de 2020

La aparición de un virus chino ha sido la oportunidad para conocer la humanidad, la generosidad, la ambición desmedida, el aprovechamiento de las creencias religiosas, las falencias de la gente, el corazón inmenso de algunos mortales, el desprendimiento de profesionales que han sacrificado hasta su propia vida en favor de sus semejantes y la capacidad de muchas personas que han sido capaces de dejar de lado las ambiciones personales para meterse la mano en el bolsillo y ayudar a solucionar la grave crisis que ha afrontado el mundo. 

Se ha visto de todo: empresarios que sacrifican parte de sus ganancias para repartir mercados entre los más necesitados y falsos pastores que aprovechan la ocasión para conseguir dinero gracias a la ignorancia de sus seguidores, que compran el cielo con el dinero que entregan como diezmos u ofrendas. Qué mundo tan lleno de defectos y virtudes. Se han vistió inclusive hijos que abandonan a sus viejos padres e hijos que se sacan la comida de la boca para entregarla a sus progenitores. Ha habido una muestra gratuita de las ventajas y desventajas que tiene la doliente humanidad, que está muy asustada ante  desconocido virus importado del lejano oriente. 

En fin: hemos tenido la oportunidad de ver gratuitamente una película que podría llamarse “El Virus que asustó al mundo”, digna de otras épocas en que la gente se aterrorizó ante la posibilidad de que llegaran naves espaciales.

Pero, siempre existe un pero en Colombia, en este horrible episodio ha faltado algo importante: el informe detallado de las ayudas y de los aportantes. Hemos sabido, por ejemplo, que un poderoso regaló cuatrocientos millones de pesos y otro repartió miles de mercados entre personas que estaban aguantando hambre. Pero no sabemos que personas han ayudado, a cuanto asciende la ayuda y todos los detalles de esta tragedia, que nos tiene a los viejos en la casa hasta finales de mayo. 

Han designado a la parlanchina vicepresidente para que vigile las donaciones a fin de que vayan a las manos que corresponden y no terminen en los bolsillos de los corruptos. Pero para que haya claridad y la gente siga ayudando es conveniente que se revele hasta la más insignificante donación. Será la fórmula ideal para que la gente siga ayudando. Y se evite que algunos vivos, como una gobernadora costeña, se enriquezcan a costillas de los necesitados. 

Esta tragedia tiene que servir para que Colombia modifique su rumbo y logre algo que siempre he pedido: que haya un propósito nacional. Que hoy debe ser nada menos que devolver la honradez a los colombianos.   GPT 

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