Ya que estamos a pocos días nacimiento del Niño, en la siguiente antología los bajitos hablan de Dios:
La maestra se acerca a la alumna y le pregunta qué está dibujando. “Estoy dibujando a Dios”, es la respuesta. “¡Pero nadie sabe cómo es Dios!”. La alumnita replica: “Lo sabrás dentro de un minuto”.
A los diez años, Luis Ernesto reflexionaba en diálogo con su padre: “Pero Dios existe, ¿no es cierto? ¡Porque a Dios sí no me lo pierdo!”.
Para Laura, 6 años, Dios “es el alma de nosotros, es como si fuera el viento”. (Del libro “Casa de Estrellas”).
Preguntas hechas por niños en un foro organizado en Bogotá:
¿Dios es niño o niña? ¿Quién es el papá de Dios? Si Dios está en todas partes ¿por qué no puedo saludarlo? Si Dios creó el mundo, el universo y todo lo que nos rodea, ¿quién creó a Dios? ¿El Niño Dios muda de dientes?
"Mamá, se cayó el cielo", fue la primera reacción de una niñita, Catalina, cuando conoció el mar de Cartagena, poco antes de aterrizar.
Laura, 3 años, en la muerte de su abuelo: ¿Y en el cielo le dan comida? ¿Allá le prestan ropa? Quiero ir a esa nube para tocarlo.
María Clara, 5 años, no se quiere ir de la finca donde pasean. “Todo tiene fin”, le dice mamá. “No, mami, Dios no tiene fin, los números no tienen fin y la vida no tiene fin”.
La madre le sugiere a Martín, 4 años, que se acueste porque ya viene el Niño Dios con los traídos: “No conozco a ese niño y no quiero que entre en mi cuarto”.
Era navidad y le habíamos regalado un corte de tela a la mamá de Sebastián, 6 años. Una tía le preguntó: ¿Qué le trajo el Niño Jesús a tu mamá? Respuesta: Un vestido sin hacer.
- Magia es sacar un conejo de un sombrero. Abuelito: ¿tú puedes sacar a Dios de un sombrero?
¿Si diciéndole a Diosito que no quiero morir no me muero? Pienso en Diosito: no me moriré. (Juan, 4 años).
- Francisco ¿qué hace Dios los domingos? - Me imagino que va esquiar al lago.
- Mi nieto nos visitaba un día y de repente me dijo: “Abuela, ¿tú sabes en que se parecen tú y Dios? Muy oronda le pregunté: “No, ¿en qué?”, y me soltó: “Ambos son viejos”.
David, de 6 años, amaneció bravo con Dios un día de invierno. Le pidió que saliera el sol para poder ir a jugar al parque con Vale, su hermanita. “Mami, Dios no me para bolas”, comentó David en medio del aguacero.
“Eaaaaa, qué bobo el tío Lucas que no cree en Dios. Yo sí creo en todos, todos los dioses": Cipriano.
Llona, de 8 años, le pregunta a su mami dónde está Dios. “En todas partes”, es la respuesta. “Entonces párate porque estás sentada encima de Dios”.
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