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Desempleo e informalidad
Dos términos que van tomados de la mano. El primero es generador del segundo.
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Martes, 4 de Octubre de 2016

Amables lectores: En remotas culturas algunos reyes empleaban como servidumbre de la corte a ciertos hombres que previamente eran convertidos en eunucos (castrados) para salvaguardar la castidad y honra de las mujeres de palacio.

Hoy existe la misma figura pero aplicada a la mente de los que disienten: “Ay aquel que piense diferente del todopoderoso, será tratado con dureza, se le cerrarán oportunidades y se presionará a las cortes hasta lograr su destitución”.

Nada diferente a lo que está sucediendo en la República Bolivariana de Venezuela donde el presidente Maduro ordenó destituir de sus cargos públicos a 200.000 venezolanos por haber firmado a favor de la revocatoria del presidente venezolano.

Entre los antiguos oficios también registra la historia los coros de plañideras contratadas para llorar el muerto ajeno.

Así mismo se mencionan al peón de estribo quien ayudaba al patrón a ubicarse sobre la bestia, los parafreneros, los herreros, los pregoneros o voceros callejeros y los bufones de la corte, hoy todavía existentes en algún ministerio o instituto descentralizado.

Se afirma que el oficio más antiguo es la prostitución, pero creo que lo sobre pasa en tiempo de existencia el de “adulador”. La serpiente aduló a Eva hablándole de su belleza y ella pecó, arrastrando en el pecado a Adán. Como es elemental deducirlo en esos días no existía la prostitución por carencia, según diría algún militar de “personal”.

Desempleo e informalidad, son dos términos que van tomados de la mano. El primero es generador del segundo y muestra la capacidad creativa de un pueblo que con frecuencia vive del rebusque. La globalización ha traído consigo exigencias y cambios trascendentales que han impactado hondamente el mercado laboral.

Las universidades para no quedar fuera del mercado se han visto obligadas a crear nuevos pregrados, especializaciones, diplomados, maestrías y doctorados, buscando capacitar para desarrollar habilidades en los aspirantes que quieren ingresar al competitivo mercado de los negocios del saber.

Nuevas profesiones como la de baristas o preparadores de café, chef de cocina abren una amplia posibilidad de trabajo para la juventud. Existe sin duda alguna la universidad de la informalidad. Este es el caso de los hombres que en cualquier calle de la ciudad o vías terciarias del departamento los vemos con “pala en mano” ejerciendo el oficio de “tapa huecos”. Por unas pocas monedas suplen las deficiencias del ministerio del ramo o administradores locales que han descuidado la malla vial.

Tenemos especialistas informales en comunicaciones en muchas esquinas de la capital del departamento o de otros municipios, nuestros especialistas informales, venden minutos de celular con una despiadada competencia en precio. Como novedad en este grupo están los “chinómetros”, muchachos que suben y bajan un tubo para dar paso a los vehículos en los peajes y así evadir algún registro de control evitando la certeza en las cifras de tránsito, medida utilizada para liquidar para el pago, el número de vehículos que transitaron.

Otro oficio informal con gran desarrollo por el alto volumen de composiciones vallenatas es el de “Ay hombre” o sea aquel cantante que grita “Ay’ hombe” en el desarrollo musical. Las prepagos lindas niñas, llenas de silicona que venden compañía por raticos. Los nuevos reyes midas, quienes por arte de magia, hacen crecer las ganancias en sus contrataciones con el estado y parece que los protege el mago Merlín para no sufrir sanción alguna de parte de las autoridades de control. Están de moda los “superruanines” o chuzadores de líneas que en aras de investigar gravan hasta “el sonido de un bostezo” y logran con el contenido de estas grabaciones “ruborizar a una yuca”.

Si ustedes conocen más de estos oficios, infórmenlos a la autoridades para “empleos futuros de los  pimpineros”.

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