Siempre hemos escuchado hablar de la monogamia, la bigamia y la poligamia, con el respectivo concepto dependiendo del grado de aceptación. También, aunque con menos frecuencia, se habla de la endogamia, matrimonio entre personas de la misma raza, comunidad o condición social, y la exogamia, matrimonio sin las condiciones anteriores.

Pero como novedad ha tomado fuerza la sologamia, casarse con uno mismo. Esta novedosa moda originada en Estados Unidos, cada vez tiene mayor aceptación a nivel mundial. 

La aceptación de la sologamia, queda demostrada en la columna de Ramiro Valencia, en la Revista de Avianca del mes de octubre. Con base en un artículo del periódico El Español, el columnista resalta la celebración de una ceremonia el 8 de junio de 2018 en la antigua Iglesia de Nuestra Señora de la Merced en Cádiz, España, donde 15 mujeres vestidas de novia contrajeron matrimonio frente a una concejala, en la que cada una se juró amor eterno ante 300 testigos, con estas frases: “Me comprometo a escucharme, a prestarme atención y a merecerme”.

Para los practicantes y partidarios la sologamia no es un rechazo al matrimonio, pues varias de las contrayentes tienen matrimonio vigente o pareja. Es la decisión de contraer consigo mismo un compromiso solemne de amor, respeto y cuidado. Resaltan que, la práctica de amarse así mismo es la base para conseguir una mayor felicidad, nadie es media naranja de nadie, somos naranjas completas y se puede vivir sin el cuento de hadas y sin príncipe azul. Debemos gerenciarnos nosotros mismos pues somos la única empresa que nos dieron para dirigir. 

Esta moda de matrimonio, que parece ser una tendencia de los millennials (Generación Y) es una opción que empieza a ser atractiva para muchas mujeres y hombres que están marcando una posición: no necesitan una pareja, son felices con su amor propio.
Definitivamente, no queda otro camino que querernos.