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Cúcuta, lo bueno, lo malo y lo feo
Hoy ha cambiado mucho nuestra tierra natal. 
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Martes, 18 de Diciembre de 2018

Como ha cambiado nuestra ciudad desde la apertura de los centros comerciales y la construcción de los puentes que le cambiaron la imagen de pueblo a ciudad.

Edificios que elevan su estructura verticalmente a alturas que hace unos años era imposible pensar en ellos para nuestra ciudad, por las fallas geológicas que impedían hacer edificaciones altas. Hoy ha cambiado mucho nuestra tierra natal. 

Lo bueno, que las dos últimas administraciones comenzaron una labor de recuperación de parques que estaban bastante deteriorados, comenzando esta etapa con el parque de los niños en las calles 19 y 20 del Barrio Blanco y la Avenida Libertadores, el arreglo del malecón y en fin, cambiando positivamente la imagen de la ciudad. 

Hoy casi todos los parques han recibido esas innovaciones, que es aspecto positivo, mucho más, cuandose hacen presente a toda hora, personas de diferentes edades, que generan seguridad y ahuyentan los expendedores de droga. 

Lo malo, es que no se han dado al cuidado de las juntas de esos barrios, observándolos de lejos se ven muy bonitos, pero, al bajarse del vehículo, se palpa el deteriorode la pintura de los aparatos para gimnasia, que comienza a hacer estragos, lo que se traduce en que se presupuestó lo concerniente a los arreglos y no al mantenimiento de los mismos, ejemplos claros, el parque de los niños con la pintura del piso deterioradísima, lo mismo sucede con los aparatos del Barrio Colsag etc. 

Lo feo, que esto desdibuja lo ganado en mejorar la cara de la ciudad y peor aún, se robaron las luminarias en más de 1 kilómetro del malecón empezando desde el puente de San Rafael, lo que evidencia la falta de seguridad de la ciudad. 

Allí se está haciendo una inversión que cambiará radicalmente la cara de la ciudad, pero, se requiere continuidad en las obras, como la de Cristo Rey, que alcanza la inmensa cifra de 9.000 millones de pesos y especialmente seguridad para el sector de día y mucho más de noche.  .

Ejemplo de abandono y deterioro lo tenemos en la obra del Barrio Antonia Santos, que presenta serias deficiencias; el estadio de atletismo de Atalaya, en fin, si no se hace adecuado mantenimiento se acabarán tan cuantiosas inversiones que han permitido alejar a los mercaderes de la droga de esos sectores en beneficio de los niños y jóvenes que eran carnada para su comercialización y daño físico. . 

Y malo también, el grave deterioro de las calles de la ciudad, llena de huecos en sus principales avenidas como la cero con 10, la cero debajo de la diagonal, en la calle 11 volteando de la cero hacia el este de la ciudad, son muchas las zonas con avanzado deterioro de la carpeta asfáltica, la vía Pinar del Rio hacia San Mateo, que me expresaba el señor Alcalde que al montar cicla había observado el pésimo estado de tan transitada vía, ojalá dentro de sus proyectos se tenga en cuenta que es una de las entradas de la ciudad de Cúcuta y que por ende, debe ser de los sitios mejor conservados. 

Y otro aspecto que quiero tocar en esta columna es el relacionado con el cambio de los semáforos, que lentitud para el cambio, 82 segundos, para dar tránsito en sectores de mucha movilidad solo por 24 segundos y peor aún, hay que parar en cada semáforo, por cuanto no están debidamente sincronizados, para agilizar el tránsito, volviéndose una tortura el transitar por la cero o los sitios donde se han colocado ellos.

Para rematar, quiero hacer énfasis en el arreglo de la avenida primera llegando al nuevo puente, destrozada, acaba con la suspensión de los vehículos, da pena ver tan lamentable estado, así como me pregunto cuántos problemas surgirán en la redoma de Pinar del Rio, cuando no se respetan los pasos de los vehículos que llevan la vía, como será cuando entre a funcionar el puente nuevo, cuando hay tremendos huecos en esa redoma que nunca reciben la atención de la Alcaldía de Los Patios que es a quien corresponde su mantenimiento. 

Afortunadamente el anterior Gobernador dejó en muy buen estado el comienzo de la variante de Pinar del Rio, que era otro inmenso lunar que afeaba totalmente la cara de la ciudad. 

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