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Cuando el río suena…
Cuando quería ganar el nobel de paz mandó a hacer palomitas de aluminio y a todos sus colaboradores los obligó a llevarlas en el ojal.
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Miércoles, 15 de Noviembre de 2017

Dicen los mamadores de gallo que cuando el río suena, se ahogó un músico o se ahogó toda la orquesta. Ellos voltean los refranes para ponerlos a su acomodo. Así, por ejemplo, dicen que “árbol que crece torcido, sirve para columpio”.

En cambio, los filósofos, los tratadistas y los psicólogos, le buscan a cada refrán una enseñanza, sabiendo que todos encierran un modo de ver la vida.

“Cuando el río suena, piedras lleva” no se refiere tanto a las crecientes de los ríos y a los derrumbes que causan, sino que cuando la gente dice algo es porque algo está sucediendo. Esto sirve para cualquier actividad de los humanos, pero sobre todo en política le buscan el significado que pueden tener los rumores. 

Cuando dicen que el presidente Santos le entregó el país a las Farc, es porque el río lleva piedras y algo de cierto hay en la entrega porque el presidente hace y deshace a su antojo todo lo que quiere para lograr sus objetivos.

Cuando quería ganar el nobel de paz mandó a hacer palomitas de aluminio y a todos sus colaboradores los obligó a llevarlas en el ojal. El río empezó a sonar y los rumores a correr de que el gobernante quería el premio de Estocolmo. Él lo negaba y negaba pero el río seguía sonando y los rumores seguían avanzando hasta que por fin le dieron el premio, “del cual yo no tenía ni idea” según sus propias palabras. 

Cuando en el congreso las iniciativas del presidente corren el riesgo de ser negadas, el río empieza a sonar y dicen los analistas que es cuando les ofrece la famosa mermelada. Los congresistas, con la barriga llena y el corazón contento, aprueban lo que sea. 

Cuando salieron con el cuento de que la firma brasilera Odebrecht le había financiado sus campañas presidenciales, Santos dijo “me acabo de enterar”. Parece que el sonar del río tenía razón y llevaba piedras y mucha porquería. 

Ahora que ha empezado la campaña presidencial y que los candidatos se sacan los trapitos al sol, el río suena y suena duro. Nuestro paisano Cristo, busca ser candidato de su partido pero los rumores dicen que está M.F.P. y si el río suena por algo será. Parece que De la Calle le lleva una papita y cuenta con el apoyo de los altos mandos. 

El río suena y suena con tanta intensidad que hasta es posible que no solo lleve piedras sino músicos. Y como en río revuelto, ganancia de pescadores, en este tiempo los candidatos y precandidatos se trenzan en batallas verbales, gritos, alaridos, coscorronazos y madrazos. 

A Vargas lleras lo acusan de ser un volteado, lo que en lenguaje de cocina, significa voltiarepas. Los rumores dicen que una cosa era como vicepresidente, amigo íntimo de Santos y otra ahora que es candidato, que se convirtió en su enemigo. Es decir lo que antes aprobaba ahora lo desaprueba. Menos mal que se volteó antes del 7 de agosto y así no engaña a los votantes, como ya sucedió con cierto presidente. 

Con el candidato Timochenko, ya no se puede hablar de río crecido sino de avalancha de lodo, mentiras y podredumbre. La tierra tiembla, los volcanes estallan y todo se vuelve un miercolero, con solo pensar en la posibilidad de que Rodrigo Londoño llegue el sólido de Bolívar, algo en lo cual anda empeñado, según los rumores el mismísimo Santos y el mismísimo Maduro, amigos en privado y enemigos en público para disimular la realidad.

Quiera Dios y quieran los Santos, los de arriba, que esta profecía no se vaya a cumplir porque no queremos ser la próxima Cuba ni la Próxima Venezuela.

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