Desde hace meses, varios medios de comunicación han propuesto a la ciudadanía, poner del conocimiento el hueco o bache que, a su criterio sea el más grande de la ciudad. De inmediato, inquietos líderes comunales enviaron imágenes de calles cercanas a su sitio de habitación o de permanente tránsito, en las que el daño de la carpeta asfáltica y el deterioro de la estructura es tan grande, que ocupa el ancho de la vía por varios metros.

Pese a que el alcalde Yáñez prometió en su campaña cambiar algunas situaciones que a su juicio, tienen la ciudad marcada negativamente, la malla de vial no ha sido su preocupación en materia de mantenimiento y por eso vemos todos días nuevos baches que sin lugar a dudas, dejan muy mal parado al equipo responsable de la infraestructura.

No basta con decir que se han tapado un número determinado de huecos, sino demostrar que su reparación es definitiva y que se lleva una estadística georreferenciada de todos y cada uno de puntos críticos para poder trasladar la responsabilidad a los contratistas que ofrecieron calidad de sus obras y las mismas no cumplieron con el ciclo mínimo de durabilidad.

El problema derivado de ignorar la situación, radica en la poca o nula importancia que tiene el hecho relacionado con los múltiples accidentes que sufren en particular las personas que conducen motocicleta, puesto que basta una ligera lluvia para esconder esa mortal amenaza, la cual es el origen de gravísimas lesiones personales de quienes hacen uso de ese medio de transporte.

Infortunadamente, las demandas que pudieran surtirse como resultado de un accidente sucedido con ocasión de la situación presentada, son complejas, costosas y salvo que ocurra el deceso de la persona, el asunto no termina en nada porque el ciudadano no le queda opción diferente a tragarse la rabieta y seguir su camino esperando a que aparezca “otro salvador para Cúcuta”.

Considero que crear un concurso para escoger el hueco más grande la ciudad, es vergonzoso para la administración y riñe totalmente con las promesas de campaña y el plan de gobierno del alcalde, puesto que tendría que demostrar que los actuales baches, son de todas las administraciones anteriores y que en la actual no hay ninguno nuevo que pudiera concursar en homenaje al descuido de la malla vial.

Absolutamente todos los conductores desaprobamos la falta de atención a tan crítico problema puesto que la promesa debió ser “¡arreglaré un bache cada día, lo juro!”, seguro que hubiese tenido mayor recordación y eso no lo ven sus asesores.

Concluyo que el tiempo corre y la situación de malla vial se agrava todos los días y en toda la ciudad. Las calles transitables son pocas y las trampas originadas por los huecos son cada día mayores y seguirán cobrando víctimas. Además, la administración aún está a tiempo de corregir o mejorar la promesa si es que la ciudadanía considera que todo está muy bien, aspecto que es y será objeto de muchos temas periodísticos, mientras tanto el concurso de huecos continuará.