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Concejo de Cúcuta; sin rigor
El Señor alcalde puede declarar la nulidad o la inexistencia oficiosamente. 
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Viernes, 26 de Diciembre de 2025

Perratear es un localismo nuestro con el cual significamos falta de rigor, vulgarizar algo, menospreciar la gente y hasta humillarla, lo cual es reprochable.

No obstante, así se comportan algunos concejales por falta de rigor con los temas que son trascendentales para la comunidad. Se “perratean”. La RAE dice que la falta de rigor es la ausencia de exactitud, de precisión y de seriedad en la aplicación de la ley. 

Contrario sensu, es juerga, jarana, relajo. No fueron rigurosos los Honorables concejales de Cúcuta al realizan el control político de los temas municipales, cuando deciden el desarrollo humanitario del área metropolitana, de millón y medio de habitantes debiendo serlo.

El primero debe ser el riguroso control de Constitucionalidad y legalidad, luego los residuales que efectúan las veedurías ciudadanas. Hace ocho días les dio por revisar el contrato de tránsito, que incluía la semaforización, la demarcación de zonas azules y el acceso a las mismas, pero lo más importante que es la información contractual, no lo hicieron. ¡Sí! se “perratearon”.

Si lo hubiesen hecho habrían descubierto su inexistencia o la nulidad absoluta, insaneable e imprescriptible.

Yo diría que el contrato no existió pues le faltaron elementos esenciales como las Autorizaciones, los estudios previos. Vale decir, nunca nació jurídicamente. 

Vean, sucedió que el Acuerdo Municipal N°023 de 2016 que le otorgó autorización pro tempore al Señor alcalde en cargado en esos días para gestionar la concesión de Tránsito y complementarios iba hasta el 31 de diciembre y “les cogió la leva”, no la presentaron.

Lo hicieron en febrero de 2017 yen lugar de presentar un nuevo Acuerdo de autorizaciones, con los prerrequisitos, decidieron enjarandados como estaban; extenderlo, lo cual era constitucionalmente inviable.  

La Señora presidente del Concejo de Cúcuta y su compañero el secretario de tránsito municipal han debido ser rigurosos y advertirlo, pero se perratearon. 

Realmente es una cuestión que atañe a todos los honorables concejales, los blancos y los negros, azules, rojos, Pink y pong. Ahora el señor alcalde sonámbulo se desgañita anunciando: que comenzó el proceso de caducidad del contrato 030 de 2007 con Aguas Kpital SA ESP ignorando que la empresa operadora es Transcivic SAS ESP por una ilegal absorción accionaria desde 2014. 

En esas van los contratos de acueducto y alcantarillado. El de la Escombrera y el de la concesión con Veholia. El municipio de Cúcuta anda en el aire, como la casa que le hizo Escalona a Ada Luz.

Yo pienso que los contratos de concesión del Acueducto y alcantarillado, el del aseo, el de la escombrera nunca existieron por fallas en los elementos esenciales, por causa ilícita pues las autorizaciones estaban vencidas seis meses antes de celebrarlo, por la incapacidad de una de las partes. El Señor alcalde puede declarar la nulidad o la inexistencia oficiosamente. 

Adenda: Cúcuta es un municipio de hojalata a la mejor deficinición de Sartre en “Los Condenados de Altona”, cuando revisaba las instituciones francesas en el colonialismo.

Hubo 21 gobiernos en la IV República, varios de seis meses (1946-1958) ¿recuerdan? Eran instituciones de mentirijillas, sin solidez alguna, hasta que llegó De Gaulle.


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