Amables lectores: afirmaba el sabio Albert Einstein: “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”. “Las crisis es lo mejor que puede sucederle a un país porque traen progreso. “La creatividad nace de la angustia”. “En la crisis surge la inventiva, descubrimientos y grandes estrategias”. “Quien supera la crisis se supera a sí mismo”. “La verdadera crisis es la de la incompetencia y no querer luchar por superarla”. “Sin crisis no hay desafíos y la vida se vuelve una rutina”. “Callar en una crisis es apoyar el conformismo”.
Debemos preguntarnos: ¿qué hemos hecho como especie? según Juliana Mejía, columnista de El Tiempo plantea que durante esta pandemia: “Nos hemos vuelto conscientes de la importancia de la protección del medio ambiente”. El planeta, afirma Mejía, se está limpiando. Aguas transparentes corriendo por nuestras quebradas, aire con mínimo de polución -menos en Cúcuta- y animales corriendo por las ciudades en reemplazo de vehículos contaminantes.
El consumismo ha sido la gran causa del deterioro del medio ambiente. A mayor consumo, mayor crecimiento económico y, en definitiva, mayor riqueza. El ser humano maneja unos niveles de consumo muy altos por encima de sus necesidades y, aun más grave, superando nuestras capacidades. Estamos absurdamente convencidos que la felicidad está determinada por el bienestar económico. La economía de un hogar no soporta el crecimiento indefinido del consumo.
Concluimos con facilidad que una cosa es el crecimiento y otra es el desarrollo. Para la muestra un par de ejemplos: las fuertes sequías han llevado a las autoridades a declarar racionamientos de agua, que solo será para el consumo humano y no se podrá usar para regar jardines, lavar carros ni fachadas. Igual escenario sucede con posibles cortes de energía a causa de los los bajos niveles de las represas generadoras. Como vemos que sucede en el análisis anterior, crecer en detrimento del medio ambiente es autosacrificarnos.
De la coyuntura del Coronavirus saldremos fortalecidos en programas de protección social, toda vez que se logrará un sistema muy depurado con la información de población vulnerable que servirá de insumo para construir programas más inclusivos. Igual sucederá con la informalidad laboral en donde se pueden aplicar ayudas a sectores ya encuestados. Además, el sector salud se fortalecerá. La capacidad hospitalaria se ha incrementado y la deuda con el sistema será saneada. Todos los ciudadanos hemos mejorado en el uso de la tecnología y podremos usar esta información para la toma adecuada de decisiones. En la educación se ha logrado iniciar la discusión sobre si queremos enseñar a memorizar o enseñar a pensar.
Con los problemas que se originan en la globalización, es el momento de aprovechar para el país la oportunidad de sustitución de importaciones. Un ejemplo es el caso de los alimentos. Colombia tiene una clara vocación agrícola. ¡Utilicémosla!
