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¿Alcaldía sin consensos?
En seis meses de la administración de Jairo Yáñez.
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Jueves, 4 de Junio de 2020

La Alcaldía de Cúcuta al día de hoy ha perdido la confianza institucional que debe tener toda administración al inicio de su período constitucional. En solo seis meses el Alcalde ha hipotecado su capital político sin generar credibilidad y consensos societarios necesarios para poder abordar la crisis que vive Colombia y el mundo.

Para algunos la pandemia hace añicos cualquier capital político de una administración. Empero, si se analizan las medidas que han surgido con los Decretos de emergencia sanitaria y emergencia económica y social todas las entidades territoriales han tenido mayores herramientas institucionales y financieras para abordar la pandemia: posibilidades del alcalde de Cúcuta de priorizar los recursos públicos propios del municipio y los de transferencia de la Nación para invertirlos en ayuda humanitaria, en apoyo a los estratos vulnerables en el pago de los servicios públicos, en fortalecer la red de salud en coordinación con el departamento, en hacer modificaciones al marco fiscal a mediano plazo de Cúcuta para proyectar modificaciones tributarias, descuentos e incluso reducción de tarifas en impuestos determinantes como predial e industria y comercio, etc.

Pese a ello, no ha habido creatividad administrativa para lograr lo anterior. No se ha conformado un equipo especial de expertos en hacienda pública y en derecho tributario para mirar planes especiales de reactivación económica y social de la ciudad. Un caso paradigmático y anunciado fue el retiro del Plan de Desarrollo de Cúcuta presentado al Concejo para su correspondiente trámite y eventual aprobación. Desde el principio se sabía que era un documento vacío, sin proyección ambiciosa y más aún sin tener herramientas especiales para proteger el empleo, la empresa y la sostenibilidad fiscal del municipio para los próximos cuatro años.

La Alcaldía tampoco ha sido capaz de generar consensos importantes con las fuerzas políticas y sociales de la ciudad. Con la consigna aún en cacareo del famoso “dummy para ratas” se ha creado un cerco inconveniente por parte de la Alcaldía para poder lograr el apoyo necesario de los ciudadanos en trabajar unidos para sacar adelante la ciudad. Lo más asombroso es que al día de hoy para muchos a los que mejor les aplica el manual de “dummy para ratas” es a la propia administración.

En contraste con otras latitudes, ciudades tan importantes como Medellín y Bogotá por el contrario ya han aprobado sus respectivos planes de desarrollo para los próximos cuatro años con el apoyo de los respectivos concejos. Las rencillas políticas continúan pero al menos en esta etapa de pandemia y crisis económica las fuerzas políticas en estas ciudades han logrado generar consensos importantes para tratar de paliar los efectos de la crisis.

El alcalde Jairo aún puede recuperar ese capital político perdido y sintonizarse con la ciudadanía. Es cuestión de humildad administrativa y de saber escuchar las voces que entre críticas también plantean soluciones ciertas para poder sobrellevar la crisis. Es el momento de hacer un alto en el camino, abrir el espectro político y social que lo rodea para pedir el apoyo de todos los cucuteños y sectores políticos de la región. Alcalde eso no es corrupción, la mayor corrupción es la improvisación y la voz monolítica en una democracia pluralista como la nuestra.

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