Cada 6 de marzo, el mundo celebra el natalicio del escritor colombiano Gabriel García Márquez, quien revolucionó la literatura con su realismo mágico y se convirtió en una de las figuras más influyentes de la literatura hispanoamericana del siglo XX. El autor de diversas obras nació en 1927 en Aracataca, Magdalena.
García Márquez es reconocido internacionalmente por haber recibido el Premio Nobel de Literatura en 1982, gracias a su obra Cien años de soledad (1967). La historia de la familia Buendía en el ficticio pueblo de Macondo y su centenaria existencia en la tierra marcaron un hito en las novelas. Su escritura, caracterizada por la fusión entre fantasía y realidad, cautivó a millones de lectores y consolidó su legado en todo el mundo.
Gabo, como lo llamaban sus seres queridos, también se destacó como periodista. Su primera casa editorial fue el diario El Universal de Cartagena de Indias en 1948. Además, dejó huella con obras como El coronel no tiene quien le escriba (1961), Crónica de una muerte anunciada (1981) y El amor en los tiempos del cólera (1985).
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Su legado sigue vivo, tanto en sus libros como en producciones audiovisuales, como la serie de Netflix basada en Cien años de soledad. Cada año, su natalicio es motivo de homenaje en Colombia y en México, país donde residió y falleció.
En el Caribe encontró inspiración
El literato murió a sus 87 años el 17 de abril de 2014 en México. Sin embargo, su destino preferido siempre fue el Caribe. Por ello, sus cenizas reposan en Cartagena de Indias, junto a las de su esposa, Mercedes Barcha Pardo.
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En una entrevista, Gabo reveló su amor por el Caribe, expresando que: “en el momento en que desembarco, noto que todo en mi cuerpo y en mi mente se ajusta y se identifica perfectamente con la realidad que me rodea. He llegado a la conclusión de que uno es de su medio ecológico y que es peligrosísimo salir de él. A mí me sucede solo en el Caribe, en cualquier lugar del Caribe. Si me sueltan vendado, sé que estoy aquí porque mi organismo funciona de una manera que no lo hace en ninguna otra parte. La mente, todo, se reajusta completamente porque hay una identificación total”.
Cuando no estaba en su región, confesaba que su vida cambiaba drásticamente “Soy un desastre. Duermo mal, la memoria me falla, las asociaciones las hago de otra manera. Siempre ha sido así, pero ahora es cuando he tomado plena conciencia de eso”.
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