Desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, más de 13.000 excombatientes de las FarcC-EP iniciaron un camino hacia la reintegración y reincorporación en la sociedad colombiana. Estos procesos, supervisados por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), representan un componente clave para garantizar que la paz realmente sea duradera. Si bien la mayoría de los excombatientes se mantiene fuera de la guerra, la violencia amenaza la efectividad de estos procesos.
A pesar de los avances, la reintegración no ha sido uniforme en todo el país. Los excombatientes enfrentan obstáculos significativos, especialmente en regiones históricamente afectadas por el conflicto armado. Los departamentos de Cauca, Meta, Huila y Arauca se destacan como zonas de alto riesgo, donde muchos excombatientes han sido víctimas de amenazas y desplazamiento. En lo que va de 2024, 11 excombatientes han sido asesinados, mientras que en 2023, más de 35 fueron víctimas de homicidio.
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Tras la firma del Acuerdo de Paz con las Farc en el año 2016, un total de 14.107 personas firmaron el compromiso de abandonar la lucha armada para iniciar el proceso de reincorporación a la vida civil. Para este proceso, que se ha llevado a cabo por etapas, se destinaron varias zonas en las que se crearon los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR). Las condiciones de estos espacios han ido cambiando con el tiempo a medida que avanza el proceso de incorporación.
De esos 14.107 firmantes de paz, actualmente 12.077 permanecen en el proceso de reincorporación, lo que representa más del 85% de los excombatientes que retornaron a la vida civil. Además, se sabe que de ese total ya son más de 10.000 los que viven fuera de los Espacios Territoriales y decidieron emprender una vida en alguna otra comunidad, mientras que 1.760 personas decidieron continuar en estos espacios a los que llegaron inicialmente.
Un aspecto clave de la reincorporación es la creación de proyectos productivos que permitan a los excombatientes generar ingresos de manera sostenible. Según la ARN, se han implementado más de 2.500 proyectos productivos que benefician a miles de excombatientes en todo el país, y actualmente 1.890 siguen vinculados a estos y encontraron allí una posibilidad económica. Estos proyectos van desde la agricultura y la ganadería hasta el turismo y la artesanía, ofreciendo a los excombatientes la oportunidad de contribuir a la economía local y nacional.
La formación educativa ha sido fundamental en este proceso. Miles de excombatientes han tenido acceso a programas educativos, desde la alfabetización básica hasta la educación superior universitaria, lo que les ha permitido adquirir habilidades necesarias para la vida civil y laboral.
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Sin embargo, la continuidad de esos proyectos y la permanencia de estos en la reincorporación también han tenido bajas. Más de 1.500 personas no han continuado en el proceso, desconociéndose si son reincidentes o simplemente decidieron desistir del programa. Además, más de 400 firmantes han sido asesinados entre 2014 y 2024, haciendo que la permanencia de muchos otros se vea amenazada por la inseguridad.
Este sigue siendo uno de los mayores desafíos para los excombatientes, pues el temor de enfrentarse a otro actor armado como civil es una de las razones por las que algunos piensan en retomar la lucha armada. Pastor Alape, excomandante de la guerrilla de las Farc y ahora integrante del partido político Comunes, hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional y a la comunidad internacional para que brinden protección a los excombatientes debido a las múltiples amenazas que han recibido las comunidades de ex-Farc en 2024.
La Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP ya había alertado en abril sobre la necesidad de acciones urgentes para garantizar la vida de los firmantes del acuerdo. La JEP exigió a la ARN y a la Unidad Nacional de Protección (UNP) que implementaran medidas efectivas de seguridad o reubicaran a aquellos que se encuentran amenazados.
La ONU también ha sido insistente con sus llamados al gobierno para proteger a los excombatientes, pues no solo están expuestos a las amenazas de las disidencias y el ELN, sino también a las de otros grupos armados. Rodrigo Londoño, antes conocido como Timochenko, ha reafirmado el compromiso de los firmantes pero reconoce las serias dificultades que existen hoy.
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