Estados Unidos espera culminar la retirada de sus tropas de Afganistán a finales de agosto, según informaron las autoridades el viernes, después de anunciar que todos los soldados estadounidenses y de la OTAN habían abandonado la mayor base aérea del país asolado por el conflicto.
Tras 20 años de guerra, el presidente estadounidense, Joe Biden, había fijado el 11 de septiembre como fecha límite para la retirada definitiva de los pocos soldados que quedaban sobre el terreno.
La noticia del viernes de que las tropas estadounidenses habían abandonado la base aérea de Bagram alimentó las expectativas de que la retirada se completara en unos días, pero la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que esto sucedería "a finales de agosto".
"Estamos exactamente en la trayectoria prevista", subrayó Biden en una conferencia de prensa.
Los talibanes se congratularon de la partida de las tropas extranjeras de esta base, situada 50 km al norte de la capital afgana y pilar de las operaciones estadounidenses durante todo el conflicto desde 2001.
Desde esa base se llevaban a cabo los bombardeos contra los talibanes y sus aliados de Al Qaida, y se organizaba el avituallamiento de las tropas.
"El aeropuerto de Bagram fue oficialmente entregado al ministerio de Defensa. Las fuerzas estadounidenses y de la coalición se han retirado completamente de la base y, a partir de ahora, las fuerzas del ejército afgano la protegerán y la utilizarán para combatir el terrorismo", escribió en Twitter Fawad Aman, portavoz adjunto del ministerio de Defensa afgano.
Poco antes, un funcionario de Defensa estadounidense, que pidió el anonimato, había informado que "todas las fuerzas de la coalición" habían abandonado las instalaciones.
Los insurgentes "saludan y apoyan" esta retirada, dijo a la AFP su vocero, Zabihulá Mujahid. "Su completa retirada [de Afganistán] abrirá el camino a los afganos para decidir sobre su futuro por ellos mismos".
Desde el comienzo de mayo, los talibanes han lanzado varias ofensivas de envergadura en las zonas rurales, mientras las fuerzas gubernamentales luchan por consolidar sus posiciones en las áreas más urbanas.
Su capacidad para mantener el control de la base aérea de Bagram será fundamental para preservar la capital, Kabul, y mantener la presión sobre los talibanes.
En este sentido, Biden subrayó el viernes que el gobierno afgano debe ahora "ser capaz por sí mismo" de proteger la capital.
"Situación caótica"
La retirada de las tropas extranjeras de Bagram "simboliza el hecho que Afganistán está solo, abandonado y obligado a defenderse solo contra el asalto de los talibanes", estima el experto Nishank Motwani, basado en Australia.
"De vuelta a casa, los estadounidenses y las fuerzas aliadas observarán desde lejos cómo lo que tanto les costó construir queda reducido a escombros, sabiendo que los hombres y mujeres afganos con los que lucharon pueden perderlo todo", añadió.
Según informaciones de prensa, el Pentágono mantendrá cerca de 600 soldados en Afganistán para vigilar la inmensa embajada de Estados Unidos en Kabul.
"Seguiremos proporcionando seguridad y asistencia humanitaria y colaborando con el gobierno de Afganistán en los próximos meses", aseguró Psaki.
Bagram fue construida por Estados Unidos para su aliado afgano durante la Guerra Fría en los años 1950, para protegerse de la Unión Soviética en el norte.
Durante estos años, cientos de miles de militares estadounidenses y de la OTAN se habían establecido en esta base, que parecía casi una ciudad en miniatura.
En una época, tenía piscinas, cines e incluso restaurantes de las cadenas Burger King y Pizza Hut. En las instalaciones también había una cárcel para los prisioneros talibanes y yihadistas.
En estos últimos meses, Bagram fue objeto de disparos de cohetes, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico.
Los habitantes de la zona esperan que la situación no se degrade con la retirada de las fuerzas extranjeras.
"La situación es caótica (...) Hay mucha inseguridad y el gobierno no tiene [suficientes] armas ni equipamiento", declaró a la AFP Matiulá, que tiene una zapatería en el mercado de Bagram.
"Desde que empezaron a retirarse, la situación ha empeorado. No hay trabajo (...), el negocio no va bien", asegura Fazal Karim, mecánico de bicicletas.
En mayo, quedaban casi 9.500 soldados extranjeros en Afganistán, de los cuales 2.500 eran estadounidenses.
Por el momento, sólo Alemania e Italia han confirmado la retirada total de sus tropas.
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