En su defensa, varios vecinos acudieron a su auxilio para Intentar quitarlo, pero el pitbull seguía aferrado a la piel de la adulta mayor. Tras varios minutos de tensión, entre vecinos lograron separarlo. Tiempo después, El pomerania cayó al suelo. Su dueña, visiblemente afectada, lo alzó, lo abrazó y revisó las heridas provocadas por el ataque. Mientras tanto, el pitbull quedó amarrado frente a una vivienda del sector.
Este tipo de agresiones no son eventuales. Ya que días atrás se conoció el caso de una niña de 11 años y su padre, también en Bogotá. Cámaras de seguridad registraron el momento en que caminaban por una calle, cuando alguien abrió la puerta de una casa y un perro salió de forma violenta, atacándolos.
Ante este tipo de acontecimientos, las instituciones de protección animal reiteran el llamado que las razas con cierto grado de peligrosidad deberán portar el bozal, sus vacunas al día y el cuidado requerido para que no se presenten este tipo de hechos.
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