Los vecinos y comerciantes que están alrededor de la avenida 9E con calle 4N, del barrio Los Pinos, ayer no dejaban de rechazar la oleada de inseguridad que se vive en este reconocido sector de Cúcuta, donde la delincuencia dejó su huella, con el asesinato de Saudiel Johary Corredor Ortega.
Aunque el hecho ocurrió cerca del Hospital Universitario Erasmo Meoz, el esfuerzo de los médicos no fue suficiente para salvarle la vida a Corredor, pues el balazo que recibió en la cabeza fue certero y provocó su muerte.
El lamentable suceso se registró cuando Saudiel Johary esperaba en un establecimiento de envíos de encomiendas y giros el dinero del producido durante las últimas horas, para trasladarlo a un lugar seguro.
Corredor Ortega era empleado de una empresa transportadora de valores, por lo que a las 9:35 de la mañana arribó al local comercial con el objetivo de recoger al menos 24 millones de pesos y trasladarlos a un centro de acopio.
Pero, como aseguró una fuente judicial, los delincuentes le habrían hecho un estudio previo a la víctima y ya sabían su rutina y a qué horas llegaría a recoger el dinero, por eso lo esperaron para darle el golpe, sin importarles la vida de Saudiel Corredor.
¿Cómo sucedió el hecho?
Según se conoció, Corredor llegó en su motocicleta colombiana, de placa AOS-75E, la parqueó al otro extremo de la vía y atravesó la calle para ingresar al local comercial.
Minutos después, como se observa en un video que quedó grabado en una cámara de seguridad de la zona, llegó un hombre vestido con una chaqueta verde con negro, bluyín y con un casco de protección para motociclistas puesto, al ver que Corredor Ortega estaba dentro del local, caminó de un lado para otro por el lugar durante 6 minutos, además, hizo una llamada por celular.
Tan pronto colgó la llamada, en la escena apareció otro sospechoso, con una chaqueta blanca y negro, bluyín, quien también ocultó su rostro con un casco de protección para motorizados y un tapabocas.
En medio de la acción de los dos hombres, el primero de ellos sacó un arma de la pretina del pantalón e ingresó al local comercial, mientras que su aparente cómplice lo siguió. Una vez adentro, el pistolero de chaqueta verde con negro, le disparó a Saudiel en la cabeza, dejándolo gravemente herido en la entrada del establecimiento.
Cuando los atracadores y homicidas vieron caer al piso a Corredor, le robaron un bolso negro que llevaba, de inmediato salen rápidamente hacia donde dejaron las motos estacionadas y huyeron del sitio. Los dos hombres son delgados y altos.
Luego de eso, en el sector se vivieron momentos de miedo y angustia, pues nadie sabía qué hacer, solo hasta que llegaron varias patrullas de la Policía Metropolitana, la víctima fue trasladada al centro asistencial donde falleció.
Media hora después, miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) también arribaron al lugar del hecho e hicieron la inspección técnica, recopilando varios videos de las cámaras de seguridad de los establecimientos comerciales aleñados y del lugar del crimen, para avanzar en la identificación del pistolero y su cómplice.
Dolor por el crimen
Algunos compañeros de trabajo de Saudiel Corredor, que arribaron a la escena del crimen, lamentaron la muerte de su colega y lo recordaron como un hombre trabajador. Asimismo, aseguraron que dejó dos hijos menores de edad.
“Era una excelente persona, buen amigo, súper alegre. Dedicado a su familia”, así calificó una amiga a Corredor.
La víctima era oriunda de Arboledas y desde hacía más de dos años trabajaba en la empresa transportadora de valores.
Sin armamento
En medio de las pesquisas, las autoridades conocieron que Saudiel Corredor, al parecer, ya había visitado dos puestos de recolección de dinero previo a llegar al barrio Los Pinos, por lo que en ese momento tendría en el bolso $26 millones, los cuales le robaron los delincuentes y homicidas.
Pero lo más extraño para las autoridades es que la víctima trabajara sin armamento de dotación.
Por ahora los investigadores avanzan en las pesquisas para esclarecer el hecho e identificar y capturar a los responsables.