Ninfa Suescún tiene que tomar aliento y a la vez resignación para expresar los sentimientos que la envolvieron desde la noche del martes, al enterarse de que su hijo Iván Bastos Suescún fue uno de los soldados que resultó herido en el atentado del Eln, en el sector La Valera del corregimiento Petrólea, zona rural de Tibú.
Esta es la segunda vez que la mujer tiene que afrontar los rastros de la guerra, pues anteriormente, otro de sus cuatro hijos que también está en el Ejército, sufrió un atentado perpetrado por la guerrilla.
“Por amor a Dios y a las mamás, si es que tienen algo de amor, no hagan más eso. Ellos (los soldados) no les hacen daño, por qué tienen que ser tan rebeldes”, le suplicó la mamá, con evidentes gestos de afectación y tristeza al Eln, guerrilla señalada por las autoridades de ser la autora del reciente ataque.
Ninfa recordó los momentos que compartió con su hijo Iván en el permiso más reciente que tuvo y que duró hasta mediados de febrero.
Iván de 36 años lleva al menos 14 años en las filas del Ejército como profesional. Por eso, su mamá pidió por su salud, para que pueda seguir portando el uniforme.
Según se conoció, Bastos Suescún se desempeña como chofer y al parecer, la noche del martes iba conduciendo el camión NPR afectado tras la activación de la carga explosiva.
Hasta el cierre de esta edición, era uno de los uniformados que permanecía en la unidad de cuidados intensivos, a la espera de su evolución. “Tiene un trauma en la cabeza, que nos tiene bastante preocupados y se partió una pierna y, al parecer, unas costillas”, dijo la angustiada madre.
El mortal ataque
Una familia que vive alrededor del lugar del atentado que se registró a las 9:20 tuvo que resguardarse tras oír la fuerte explosión de uno de los dos artefactos explosivos que fueron sido instalados a los costados de la carretera.
“Eso se escuchó muy duro. Nosotros nos asustamos y no salimos, al rato vimos muchas luces, como si fueran ambulancias. Luego escuchamos unos helicópteros y uno de ellos aterrizó acá cerca”, comentó uno de los campesinos que vive cerca al lugar.
Allí, todo se convirtió en dolor y muerte. Los soldados profesionales Danilo Andrés Osorio Granada y Manuel Cárcamo López no pudieron resistir a las graves heridas y finalmente murieron en el lugar del hecho.
El ataque fue perpetrado, según el general Marcos Pinto Lizarazo, comandante de la Segunda División del Ejército, por guerrilleros del frente Juan Fernando Porras Martínez, cuando la caravana de los militares pasaba por este punto.
El Ejército adelantaba el desplazamiento de 84 soldados, desde el Cantón Militar San Jorge en Cúcuta, con destino a Tibú. El movimiento se desarrolló en la noche, para no ser blancos de estos ataques, pero nada se pudo evitar. Según se conoció, los militares vieron pasar a un motociclista por este lugar por lo que se presume que sería el encargado de activar la carga.
Según un experto en explosivos, el ataque pudo ser más atroz, pues dejaron dos cargas, cada una con 30 kilos, las cuales tenían un sistema de cableado para su activación, “pero solo se accionó una, la cual afectó al penúltimo vehículo de la caravana. Al ver cómo quedó el camión se puede decir que la detonación no fue de frente y por eso el camión termina volcándose. Eso era para que hubiesen muchos más muertos y heridos”.
Los heridos
Luego del hecho, el Ejército evacuó en un helicóptero a los once uniformados heridos, quienes fueron identificados como: Ever Carreño Mejía, quien sufrió esquirlas; Néstor Ariza Herrera, con heridas en la cabeza y un oído; Omar Durán Osorio, lesionado en la frente; Arnold Giraldo Mejía, afectado de un brazo; Óscar Acuña Jiménez, herida en la pierna derecha.
Semelvis Escobar, con herida en un brazo; Donis López Márquez, afectación en un brazo; Abel Núñez Altamiranda, con esquirlas en un pulmón; Andrés Osorio Cortés, lesionado con esquirlas; Alexander Ramos Ávila, herida en la cabeza; Anderson Guerra, con un trauma en el cuello; Kevin Valencia, se fracturó un brazo, y Mauro Solano, con una herida abierta en la pierna izquierda.
El ministro de Defensa, Diego Molano, en compañía del general Eduardo Zapateiro, comandante del Ejército, visitó a los heridos en la clínica de Cúcuta, desde donde les envió un mensaje de condolencias a las familias de los militares muertos.
El jefe de esa cartera nacional dijo que tres de los soldados heridos siguen bajo un pronóstico reservado. “A ellos y a sus familias, todo el valor y respeto y el compromiso por lograr su pronta recuperación”, dijo.
Molano resaltó que el ataque del Eln se produjo por los golpes que ha asestado el Ejército en contra de la cadena del narcotráfico de esta guerrilla. “Han sentido la presión de más de 15 capturas de sus cabecillas y de los cultivos de coca que tienen en esta región”, dijo el ministro Molano.