Era una noche común en El Poblado, uno de los sectores más exclusivos de Medellín. El reloj marcaba poco después de las 7:00 p.m. del jueves 8 de mayo cuando María del Pilar Zea Cobo, empresaria caleña y suegra del cantante urbano Pipe Calderón, recibió una llamada que alteraría el curso de los acontecimientos. Vestida con la elegancia que la caracterizaba, subió a su camioneta blindada junto a su pareja, el reconocido DJ John Fredy Toro Hincapié, y se dirigió al parqueadero del Mall del Este.

Ella no lo sabía, pero le quedaban menos de diez minutos de vida.

Lo que inicialmente parecía una reunión de negocios terminó siendo una trampa mortal. María del Pilar, también conocida como “La Reina”, le pidió a su pareja que bajara del vehículo a comprar unas bebidas. Mientras tanto, un hombre identificado por las autoridades como Andrés Arias, alias ‘Chino Arias’, subió al vehículo y se sentó a su lado en la parte trasera.

Ese fue el momento en que todo cambió.

Al regresar, Toro encontró a María del Pilar sin signos vitales, con dos disparos en la cabeza y una bolsa en el rostro, signo de asfixia. En cuestión de minutos, la mujer había sido asesinada en un crimen que parecía meticulosamente planeado.

Las cámaras de seguridad captaron a ‘Chino Arias’ saliendo tranquilamente del vehículo y huyendo en un automóvil gris sin despertar sospechas.

¿Quién era ‘La Reina’?

Aunque muchos la conocían por ser la suegra del artista urbano Pipe Calderón, María del Pilar Zea tenía un pasado que iba más allá de las pasarelas sociales. Las autoridades han mencionado su presunta vinculación con redes de narcotráfico y movimientos de dinero en el Valle del Cauca. También se habla de su posible papel como colaboradora de la DEA, una teoría que ha encendido las alarmas y alimentado múltiples hipótesis.

Según fuentes judiciales, una millonaria deuda por cargamentos perdidos, algunos estiman en hasta 10 millones de dólares, y una presunta traición a estructuras criminales asociadas a alias “Chupeta”, habrían sido los motivos detrás del crimen.

Lo cierto es que María del Pilar llevaba tiempo en silencio, bajo perfil, alejada del radar mediático. Pero su muerte repentina y violenta la ha traído de vuelta al centro de la opinión pública.

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Hasta ahora, el cantante Pipe Calderón no ha hecho declaraciones públicas. Cercanos al artista aseguran que está devastado y ha preferido guardar silencio por respeto a su familia y por el carácter reservado de la investigación.

La relación entre Calderón y María del Pilar no era un secreto. Desde hace años mantenía una relación con la hija de la víctima, y en más de una ocasión compartieron momentos familiares. La noticia de la muerte, así como la manera en que ocurrió, ha conmocionado a su círculo más cercano.

El misterio de los diez minutos

La cronología del crimen estremece por su precisión. Todo ocurrió en un lapso tan corto que ni el personal de seguridad del centro comercial, ni testigos, pudieron evitarlo. Las cámaras de seguridad fueron claves para reconstruir los hechos, y hoy son la principal herramienta de la Fiscalía para ubicar al presunto asesino.

Pero más allá de lo técnico, hay un detalle que hiela la sangre: María del Pilar estaba sola con su asesino, dentro de un vehículo blindado, en lo que se suponía era una zona segura. Murió en silencio. Nadie escuchó disparos. Nadie sospechó nada hasta que fue demasiado tarde.

Mientras el país sigue de cerca el desarrollo del caso, la Policía y la Fiscalía trabajan para capturar a ‘Chino Arias’ y esclarecer quién dio la orden. Las hipótesis van desde una venganza por narcotráfico, hasta un posible ajuste por colaboración con autoridades internacionales.

La historia de ‘La Reina’, como era conocida en algunos círculos, está marcada por el glamour, los secretos y una muerte que ha dejado más preguntas que respuestas. En el mundo del espectáculo, su caso recuerda que el brillo puede ocultar sombras y que, a veces, el silencio de diez minutos puede cambiarlo todo.

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