El suicidio de un pequeño, de apenas 12 años, que sufría de acoso escolar en Estados Unidos, encendió las alarmas sobre la crisis en la salud mental que viven millones de niños y adolescentes en el mundo. 

Una buena salud mental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se refiere a un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la cotidianidad, trabaja de manera productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.

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Pero, muchos no logran aprender las habilidades sociales saludables para enfrentar los problemas y terminan con trastornos o quitándose la vida.  Episodios trágicos o situaciones impresionantes en los menores como la muerte de un familiar, el divorcio de sus padres, vivir hechos violentos o crisis humanitarias, desengaños amorosos, el fracaso escolar y la presión para evitar ese fracaso y también la discriminación por orientación sexual, ocasionan afectaciones emocionales. 

“Se calcula que al menos 1 de cada 7 niños, niñas y adolescentes entre 10 y 19 años sufre un trastorno mental diagnosticado en todo el mundo”, señala María Paula  Martínez,  directora ejecutiva de Save The Children Colombia.

Añadió que al no tratar oportunamente estos problemas, conlleva al inicio de enfermedades mentales que pueden acompañar a los niños en el transcurso de su vida e incluso representar un riesgo para su integridad.

“En los últimos 10 años, la tasa de intento de suicidio en niños y niñas en Colombia se ha incrementado de manera significativa. Un informe del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses indica que, de enero a abril del 2019, el 11% de las muertes totales (786) se dieron por suicidios, de los cuales 149 casos fueron niños, niñas y adolescentes entre los 5 y 18 años”, acotó Martínez. 

‘Uniendo Voces’

Aislados en el internet, en constante maltrato físico y verbal, con baja autoestima, sumidos en la soledad y pensando en el suicidio. Así es la triste realidad de los niños y adolescentes que motivó la creación del documental ‘Connecting the Dots’, en español ‘Uniendo Voces’, que ofrece un panorama sensible sobre la salud mental de los jóvenes.

La proyección virtual de la película contó con el apoyo de la Embajada de Canadá en Colombia, Ministerio del Deporte, ICBF, Unicef y Save The Children.

Para Noemí Weis, productora del documental, la salud mental realmente no tiene fronteras y no hay culturas que las separen, tampoco estado socioeconómico, ni religioso que muestre que la juventud es distinta. Su intuición desde un principio fue captar las historias de forma global para levantar conciencia de lo que está pasando y vean que no están solos y se sientan acompañados. 

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“El documental exclusivamente muestra las voces y las historias de los jóvenes sin dejar de lado la salud de los adultos, y este es el momento en que los adultos tienen que escuchar porque los jóvenes tienen que ser parte de la conversación y del presente porque así juntos llegaremos al futuro”, expresó Weis. 

Cuidar la relación

César Bladimir Reyes, psicólogo y consultor de Unicef, señaló que en ocasiones la salud mental es vista como algo negativo, en el que las personas se imaginan que está asociado a trastornos mentales, pero el efecto mismo es una mirada positiva y holística, relacionada con nuestras habilidades, la forma de pensar y sobre cómo nos relacionamos.  

Mencionó que en estos momentos de desafíos impuestos por la pandemia los jóvenes deben encontrar una conexión con otras personas que los motiven a valorarse y no se sientan estigmatizados por ninguna razón.

Resaltó que la salud mental de los niños y jóvenes dependerá del cuidado del vínculo afectivo por parte de los padres, a quienes recomienda evitar la obsesión de la autoridad para no poner en riesgo la relación. 

“Lo más protector es ofrecer una relación que le brinde seguridad, no estamos diciendo que no vamos a decirle nada a nuestros hijos, no. Las crisis de la adolescencia pueden ser más o menos llevaderas dependiendo de la calidad del vínculo afectivo”, dijo Reyes. 

¡Cuide su salud mental!

(Apoye a los niños para que se reconozcan a sí mismos, que sepan  cómo se sienten, cuándo y a quién pueden pedir ayuda cuando no se encuentren bien. / Foto Archivo)

Desarrollar hábitos saludables

Supone cualquier actividad en movimiento: bailar, caminar, montar bicicleta, hacer yoga, ejercicios de respiración, manualidades. También implica tener una alimentación balanceada, adecuada higiene personal, organización del espacio y sueño reparador.

Establecer rutinas

Para organizar las actividades y tiempo para realizarlas,  haga rutinas para el sueño, horarios de alimentación, limpieza, ocio, trabajo, estudio y pausas activas. Controle el tiempo de exposición a las pantallas (juegos en el celular, computador, programas de TV). Motive  la lectura con libros físicos.

Actividades para fortalecer vínculos

El juego es una herramienta vital para fortalecer el vínculo; a través de este se puede vivenciar la cooperación, tolerancia a la frustración, autoestima, razón por la que podemos acudir a juegos de mesa, de rol, teatro de sombras, entre otras. Es importante que los niños y adolescentes interactúen con sus amigos. Facilite los medios y espacios para reuniones por videoconferencias o encuentros al aire libre como parques o zonas verdes.

Cuidarnos para convivir

Es conveniente revisar acuerdos, expresar cómo nos sentimos, reconocer cuando hay malestar y retomar la conversación cuando nos sintamos cómodos y tranquilos. Chequearnos mutuamente para identificar cambios en los estados de ánimo. Escuchar y validar emociones, sin emitir juicios de ninguna clase.

Actitud optimista y resiliente

Es clave tener una actitud optimista, ver la oportunidad en medio de la dificultad y reconocer que todo pasa, que estaremos más fortalecidos, con aprendizajes, anécdotas, buen humor; se recordarán los momentos de adversidad, cómo se lograron sortear y las personas se darán cuenta de qué están hechos. 

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Redacción José Manuel Luengo