El casco destrozado y una moto doblada por fuerte golpe mostraban la magnitud del choque en el que muy temprano, de este domingo, murió Jhon Álvaro Buitrago Uribe, de 36 años, quien terminó dentro de una alcantarilla de la avenida de Las Américas, en la conexión con la vía Los Libertadores.

Hasta el sitio arribaron la madre de Buitrago, otros familiares y amigos, quienes no entendían por qué su ser querido terminó en ese caño. Peritos forenses acudieron al sitio para inspeccionar la escena del siniestro y hacer el levantamiento del cadáver.

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El vehículo negro, modelo Boxer, placa TDA37F, en el que se trasladaba Jhon Álvaro, quien solía laborar como conductor de buseta, también fue llevado a los patios de la Dirección de Tránsito de la Policía para las experticias respectivas.

Las autoridades creen que Jhon se movilizaba por Las Américas en dirección a Los Libertadores y que, debido al exceso de velocidad, perdió el control y se estrelló contra el poste que está a un lado de la alcantarilla. El hecho pudo haberse registrado alrededor de las 6:00 de la mañana.

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Su mamá, Blanca Uribe, dijo a este medio que Jhon Álvaro había salido la noche anterior a llevar a un amigo a Durania.

“Él estaba acompañando a un compañero. Me llamó a las 1:30 de la madrugada y me dijo que le iban a dar algo –de dinero-. Creo que de regreso llegó hasta aquí y se fue de una vez a Cenabastos, porque tenía la costumbre de ir a comprar pescado o pan en la mañana, cuando llegaba para traernos”, apuntó.

Uribe recalcó que Jhon no bebía licor, como para pensar que hubiera estado manejando bajo los efectos del alcohol, porque venía en un proceso de recuperación y un tratamiento médico por nueve meses, luego de sufrir un infarto y tener problemas en un riñón.

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“Mi hijo deja una niña de 3 añitos, que era su adoración, daba todo por ella. Su pensamiento era recuperarse bien para poder trabajar y reencontrarse otra vez con su esposa y su hija, de formar su familia nuevamente”, expresó. 

Blanca Uribe manifestó que recordará a Jhon como ese hijo “muy especial” con sus padres, el segundo del matrimonio, amoroso, comprensivo y que estaba pendiente de ella y de su hija. 

Los vecinos de la familia, residente de la calle 16 JBIS de Brisas del Aeropuerto, donde residía la víctima, se mostraron desconcertados por la noticia, pues el día anterior lo vieron y conversaron con él, porque era muy querido.

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