Hay fechas que no se celebran, se consagran. Y este domingo, cuando La Opinión cumple 65 años, no solo conmemoramos una trayectoria: honramos una misión. Porque durante más de medio siglo hemos sido más que un periódico: hemos sido testigo de lo invisible, faro en la tormenta, y, sobre todo, casa común del pensamiento libre en el Norte de Santander.

Pero en un mundo que gira cada vez más rápido, contar lo que ocurre no basta. Hay que reinterpretar, reinventar, reconstruir el relato. Por eso, este aniversario no es un punto final ni un mero festejo; es una declaración de futuro.

A partir de este lunes 16 de junio, transformamos nuestra edición diaria: La Opinión se viste de tabloide, en un formato pensado para acompañar al lector contemporáneo con agilidad, profundidad y precisión. Será una lectura breve, pero nunca ligera. Cada página, una brújula; cada línea, una invitación al criterio.

Porque en medio del ruido, lo esencial es comprender. Y los domingos, como exige la tradición, una edición robusta, pausada, tejida con la mirada analítica y el oficio del periodista que escucha antes de escribir. Nuestra metamorfosis no se detiene en el papel. Nace en el corazón de la redacción: una nueva unidad multimedia que es hoy el alma de La Opinión.

Hemos apostado por los lenguajes de esta era —el video, el sonido, lo transmedia— para hablarle a las audiencias que se informan en movimiento, pero que siguen buscando profundidad, asertividad y verdad. Inauguramos también nuestro auditorio, un nuevo ágora para Cúcuta: escenario para foros, conversatorios y tertulias donde las ideas respiren, los desacuerdos dialoguen, y los temas de la región se enfrenten no con gritos, sino con argumentos.

Porque un medio no solo informa: convoca. Todo esto es posible gracias a un proceso silencioso pero firme de renovación tecnológica, física y humana. Apostamos por el talento, la innovación, la ética. Por que creemos que el periodismo no muere: evoluciona. Se repliega, se afila, y vuelve a salir al encuentro de su tiempo.

Gracias a nuestros lectores, anunciantes, periodistas y aliados. Gracias a quienes cada mañana, desde hace 65 años, abren estas páginas buscando algo más que noticias: buscando sentido.

La Opinión renace. Con otra forma, con la misma alma. Y con una certeza inquebrantable: el futuro también se escribe.

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