Hace apenas una semana José Manuel Arévalo lloraba el asesinato de Kevin Jeanpierre Carvajal Joya, en el barrio Minuto de Dios; hace menos de un mes, lamentaba el homicidio de Iván Santiago Fuentes Cáceres, en El Tunal. Ahora, José se les unió como una víctima más de los ataques fatales a mano armada en la ciudadela Juan Atalaya.

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Se trata de otro caso más en la racha de homicidios que sacude a este sector de la ciudad, en el que los ataques con arma de fuego por sujetos motorizados contra hombres jóvenes parecen ser el ‘pan de cada día’.

Los hechos se habrían dado frente a una discoteca sobre la calle 1 con avenida 21 del barrio Atalaya primera etapa, en el sector Natilán. A las dos de la mañana del 15 de junio, José estaba compartiendo con algunos amigos, hasta que fue sorprendido por un sujeto con camiseta roja a bordo de una motocicleta, quien desenfundó un arma de fuego, le apuntó al abdomen y accionó el gatillo en tres oportunidades.

La víctima cayó al suelo, mientras el responsable escapó, y la música alta del lugar empezaba a diluirse con los ruidos de los testigos, quienes trataron de auxiliar a José y alertaron a las autoridades. Una patrulla de la Policía Metropolitana de Cúcuta llegó al lugar de los hechos para atender la situación. El hombre estaba aún con vida, pero gravemente herido.

De emergencia lo trasladaron al Policlínico de Atalaya, a pocas cuadras de distancia, donde le prestaron los primeros auxilios y trataron de estabilizarlo, pero las lesiones requerían una atención especializada, por lo que lo remitieron a la Clínica Médico Quirúrgica, ubicada en el barrio Santa Lucía.

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Allí fue intervenido quirúrgicamente para intentar salvarle la vida. Fueron horas intensas para el personal médico y para los allegados de José, quienes recibieron la trágica noticia de su fallecimiento sobre el mediodía.

Las autoridades trabajan por establecer los móviles del hecho, sin embargo, hay una evidente relación de José con dos víctimas anteriores de hechos de sangre.

“Se fueron las promesas”

El pasado 9 de junio fue una tarde oscura para Arévalo. El hombre vio partir a uno de sus allegados, Kevin Carvajal Joya, de 16 años, conocido como Joyita, quien fue asesinado por dos menores de edad a bordo de una motocicleta en Minuto de Dios.

“Se fueron las promesas”, junto a una foto de ambos, publicó José ese día por medio de redes sociales, junto con otras fotos y videos que evidenciaban su desamparo ante la noticia y los momentos que habían compartido en vida.

Semanas antes, ante el asesinato de Iván Fuentes, conocido como Chinche, el 22 de mayo en una cancha de El Tunal, también compartió su tristeza por redes ante el homicidio del joven de 19 años.

Todos estos homicidios se dan en la ciudadela Juan Atalaya, en sectores donde tiene injerencia el grupo delincuencial Familia P, y en los que las autoridades relacionan el crecimiento en la violencia con la disputa territorial entre bandas criminales.

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