Hay un episodio clave que la Fiscalía ha presentado como sustento para argumentar la presunta comisión del delito de soborno en el que habría incurrido el expresidente Álvaro Uribe. Se trata de las visitas del exabogado del exmandatario, Diego Cadena, al testigo Juan Guillermo Monsalve en la cárcel La Picota de Bogotá, encuentros que fueron documentados y registrados por cámaras de vigilancia del penal.
Según el ente acusador, Cadena, presuntamente por instrucción de Uribe, habría hecho ofrecimientos jurídicos y otro tipo de beneficios a Monsalve, con el propósito de que este se retractara de los señalamientos que lo vinculaban con la creación de grupos paramilitares en Antioquia.
Esa fue la razón, explicó Granados, por la cual se produjo la reunión en la cárcel el 21 de febrero de 2018.
La defensa añadió un elemento que, a su juicio, refuerza la tesis del montaje: Monsalve grabó el encuentro con un reloj espía, lo que demostraría que todo fue cuidadosamente planeado para involucrar al expresidente y a su abogado en supuestos ofrecimientos indebidos.
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Otro punto central que expuso Granados fue la carta que Monsalve dirigió a la Corte Suprema de Justicia, la cual incluía una nota aclaratoria enviada a la Sala Penal. En ella, Monsalve escribió: “Esta carta la hago bajo presión del abogado Diego Cadena y Enrique Pardo Hasche, quienes fueron enviados por el expresidente Álvaro Uribe”.
“Ahí está, señoría, la prueba reina de que todo era un entrampamiento. Primero, esa carta fue radicada minutos después de esa conversación interceptada donde ella decía —en referencia a Deyanira Gómez— que no podía hacerlo. Esa carta tiene una nota aclaratoria que, por tanto, le quita todo sentido a una carta de supuesta retractación”, concluyó el abogado Granados.
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