Un nuevo reto se abre en la vida de Cecilia Matilde López Montaño, una economista que ha estado ligada durante la mayor parte de su vida al sector político y que ahora tendrá la responsabilidad de liderar las reformas del Gobierno del presidente electo, Gustavo Petro, desde el Ministerio de Agricultura, una cartera clave para la nueva Administración.
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López Montaño considera que tendrá un “reto inmenso” y una “responsabilidad infinita” en el principal tema que liderará al frente del ministerio: la reforma agraria, de la que tanto ha hablado el nuevo Mandatario de los colombianos desde la campaña presidencial y que girará en torno a hacer que la tierra sea más productiva.
La nueva titular de la cartera agropecuaria reiteró que la reforma no buscará expropiar las tierras, como se ha escuchado desde diferentes sectores, pero que sí debe impulsar la producción de alimentos en Colombia, en aras de buscar la seguridad alimentaria del país.
¿Cómo recibe su designación como Ministra de Agricultura para el Gobierno de Gustavo Petro?
Me siento absolutamente honrada, pero soy consciente de que es un reto inmenso, una responsabilidad infinita, en lo que es un eje central de la propuesta del Presidente electo.
¿Cuáles son los principales retos que afrontará desde la cartera a partir del próximo 7 de agosto, cuando se posesione el nuevo Gobierno?
El gran compromiso del presidente Petro es hacer del sector agropecuario la gran potencia de producción en alimentos, no solamente para sustituir importaciones sino para enfrentar el hambre; para generar divisas en un futuro, para ayudar a la equidad y cerrar esa brecha rural- urbana a partir de una visión muy particular de la reforma agraria que se va a hacer.
¿Cuáles serán los principales ejes de acción de esa reforma agraria de la que vienen hablando desde la campaña presidencial?
El eje fundamental es que se van a distribuir tierras a los sectores de productores campesinos que hoy tienen menos de lo básico para garantizar la posibilidad de producir, campesinos que tienen microfundios y que están en zonas donde se puede reactivar la producción rápidamente.
Esa tierra no va a venir de baldíos, como se hacía generalmente, sino de tierras con gran potencial productivo que no están siendo utilizadas, que tendrían un potencial inmenso y que no están siendo trabajadas, es decir, no están produciendo lo que deberían.
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Esas tierras se van a comprar, aunque también existe la posibilidad de que los dueños las conviertan en tierras productivas para poder pagar el Catastro Multipropósito, que ya se está desarrollando, y que implica que la tierra por fin va a pagar los impuestos que corresponden. Otra alternativa es que se asocien con otras personas para producir o se las vendan al Estado.
¿De dónde saldrían los recursos del Gobierno Nacional para hacer realidad la compra de estas tierras, en caso de que los propietarios decidan venderla?
Hay que revisar la situación fiscal, pero los ingresos que se esperan del Catastro Multipropósito son una fuente importante y hacen parte de los análisis que se están haciendo en este momento.
¿Cuáles serían las alternativas para los propietarios de tierras que decidan no venderlas al Estado colombiano?
Ellos se enfrentarían a unos impuestos que correspondan realmente a lo que puede producir la tierra y verán cómo lo pagan, pueden decidir pagarlo sin producir, que es un costo inmenso para ellos, o producir, buscar alternativas de usar de forma más eficientemente la tierra. Inclusive hemos pensado que pueden asociarse varios productores, si se quiere, pero el hecho es que esa tierra tiene que ser productiva, si no, van a tener unos impuestos tan altos que van a tener que venderse al Estado.
Cuando hablamos de comprar tierras, muchas personas lo relacionan con expropiación. ¿Qué mensaje les da a los colombianos respecto a ese tema?
Eso se les ha dicho en todos los tonos: este Gobierno que viene no va a expropiar, va a comprar cuando la gente decida no volver productivas esas grandes extensiones de tierra. Eso es lo que se ha dicho muy claramente, no se trata de expropiación, se trata básicamente de ofrecer las alternativas para que esa tierra sea productiva. Si no pueden hacerlo, y es muy alto el costo de pagar un impuesto catastral que se ajuste al potencial de esa tierra, tienen la posibilidad de vendérselas al Estado, para que la distribuya entre aquellos productores que sí tienen la capacidad de producir y que necesitan tierra de muy alto potencial productivo.
La reforma agraria es una necesidad de las que se ha venido hablando en Colombia desde hace varios años, inclusive quedó dentro de los Acuerdos de La Habana. ¿Por qué no ha prosperado?
Colombia ha sido un país que ha hecho varios intentos de reforma agraria y todos se han encontrado con una oposición política muy grande, porque la tierra se asocia al poder político y eso lo ha impedido. Lo vimos con el Acuerdo de Chicoral, que acabó con la posibilidad del presidente Lleras de hacer una reforma agraria.
De tal manera que hoy existe la voluntad política de hacerlo y se hace dentro de las reglas del capitalismo, aquí no se trata ni de expropiar ni de usar otros mecanismos que no sean sino para terminar con el feudalismo que existe en el país, ese de acumular tierras esperando a que el precio suba sin usarlo, cuando hay tanta gente que necesita tierra para producir y cuando el país necesita reactivar su sector agropecuario.
Por todas las razones que le mencioné, entonces hoy existe la voluntad política del Gobierno, una propuesta que parte de la campaña y por lo cual el país votó y por lo cual se eligió este Gobierno que va a entrar el 7 de agosto.
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¿Cómo potencializar la producción de alimentos en Colombia, teniendo en cuenta las posiciones en las que se encuentra hoy el país en los informes que ha sacado la FAO y en los que no se encuentra muy bien posicionado en cuanto a seguridad alimentaria?
Precisamente la seguridad alimentaria necesita una oferta de alimentos que provenga ojalá del país. Lo otro es que obviamente siempre tendremos que importar, tampoco podemos cerrar esa posibilidad y lógico que también tenemos que exportar y no podemos crear conflictos en términos de comercio internacional, pero el tema del hambre en Colombia es una de las grandes prioridades de este Gobierno, que está trabajando ahora mismo en estrategias inmediatas de corto y de mediano plazo, para ver cómo lo hacemos.
Usted ya ha tenido la oportunidad de participar en gobiernos anteriores, que se podrían catalogar más de derecha. ¿Qué cambios encuentra en el mandato de Gustavo Petro, que se ha catalogado más progresista?
Este Gobierno tiene una agenda agropecuaria que atraviesa diversos temas. En ese sentido, vamos a tener que trabajar en coordinación con otros ministerios y aquí la agenda es mucho más compleja que la que tuvimos que enfrentar antes.
Es un ministerio que está en el centro de las propuestas del Gobierno, con una cantidad de objetivos muy específicos que lo hacen mucho más complejo.
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