El pasado 16 de julio, durante un acto público en Sincelejo, el ministro del Interior, Armando Benedetti, relató su testimonio de conversión ante una multitud de jóvenes.
Portando un sombrero volteado, Benedetti subrayó que se percibe como un "milagro de Dios". Narró su experiencia personal con las drogas y la violencia, y afirmó que en septiembre del año anterior atravesaba un momento muy difícil.
"No valía cero ni nadie daba un peso ni en política ni en la casa", dijo mientras sostenía el micrófono.
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El funcionario invito a los jóvenes a acercarse a Dios y a no dejar que su pasado determine el rumbo de sus vidas. En el evento se encontraban cerca de 8.000 jóvenes, entre ellos 1.000 beneficiarios del programa "Jóvenes en Paz", que busca brindar nuevas oportunidades a exintegrantes de bandas criminales.
No obstante, Benedetti también tuvo que responder en Barranquilla por la polémica en torno al viaje de Juliana Guerrero, quien se desplazó a Valledupar en una aeronave de la Policía.
El ministro defendió la legalidad del desplazamiento, asegurando que no hubo uso indebido de fondos públicos y que la funcionaria estaba cumpliendo funciones oficiales. "Es un convenio que lleva más de 15 años; no entiendo por qué ahora está en el centro de la controversia", sostuvo.
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