En poco más de una hora, en diferentes barrios de Cúcuta, se ejecutaron dos homicidios con muchas similitudes, ambas víctimas fueron hombres que murieron tras recibir dos disparos en la ciudadela Juan Atalaya y la principal hipótesis de las autoridades apunta a estupefacientes.

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El primero de los casos se dio al caer la noche del pasado miércoles, 16 de julio, a pesar de que el cielo aún estaba claro, el reloj marcaba las 6:15 de la tarde. Rey Paredes Umbariba se movilizaba en su motocicleta Suzuki AX4, roja.

El hombre, de 36 años, se movilizaba por el barrio Ospina Pérez y al llegar a la calle 21 con avenida 7, aún sobre su moto, fue interceptado por dos sujetos armados, en otra moto, que le dispararon hasta dejarlo sin vida.

La muerte fue instantánea para Paredes, quien recibió dos disparos en la cabeza, uno en el ojo izquierdo y la otra en la parte trasera del cráneo, que inmediatamente lo derribaron de su moto sobre el asfalto, aún con su vehículo prendido.

Sangre, gasolina y confusión dejó el hecho para los habitantes del barrio, quienes vieron a los responsables escapar a un rumbo aún desconocido, tras perpetrar un nuevo ataque armado letal en la ciudad.

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La víctima quedó con un brazo cubriéndole el rostro, por lo que no podían identificarlo a la distancia, fue solo hasta que algunos curiosos se acercaron al cadáver, mientras grababan, pudieron reconocer a la víctima del caso, “¡es el vigilante del barrio!”, decían algunos identificando a Paredes.

Y es que el hombre trabajaría como vigilante informal, según lo recopilado por las autoridades, que llegaron de inmediato al sector para acordonar la zona e iniciar la investigación.

Según información judicial, tras recopilar testimonios de la comunidad, este punto del barrio es conocido por una amplia relación con el microtráfico. Sin embargo, esto sigue siendo materia de investigación para las autoridades que ya trabajan por esclarecer el motivo detrás de este homicidio.

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La muerte del reciclador

Una hora y 10 minutos después, junto a la conocida cancha de El Chulo, en el barrio Cerro Norte, se dio otro ataque a bala. Esta vez contra el joven Jan Francois Pérez Arias, quien se encontraba en una callejuela del sector, hasta que le llegó la muerte.

Fue en un pequeño camino de tierra que conecta con el barrio Pizarro, junto a un montículo de tierra, que Jan habría sido interceptado por otro sujeto armado, quien sin mediar palabra le disparó dos veces, una en la pierna derecha y la otra en la cabeza, dejando a la víctima gravemente herida. Rastros de su sangre quedaron a un costado de la vía, evidenciando la escena del crimen.

El victimario se fue como llegó, caminando hacia la oscuridad de la noche de este complejo sector en asuntos de seguridad. Jan fue trasladado por allegados al Policlínico de Atalaya, donde le brindaron los primeros auxilios, tratando de salvarle la vida.

Luego fue remitido al Hospital Universitario Erasmo Meoz para una atención más especializada. Sin embargo no hubo nada que hacer y horas más tarde se confirmó su fallecimiento.

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Al lugar de los hechos llegó la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para adelantar la investigación y tratar de esclarecer los móviles del hecho.

Según lo manifestado por la comunidad, la callejuela donde se dio el ataque es reconocida en la zona por ser un punto de encuentro para consumir y vender alucinógenos, por lo que es materia de investigación para las autoridades determinar el porqué el joven, que se dedicaría al reciclaje, se encontraba en ese punto.

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