En cuestión de minutos se perpetraron dos asesinatos en la Comuna 10 de Cúcuta. En las calles de Santo Domingo y San José se escucharon estruendos de disparos y dos vidas acabaron violentamente.

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La velada sangrienta inició a las 8:20 de la noche del 18 de junio, en la cancha conocida como Nuevo México, sobre la calle 22 con avenida 7A de San José. En pleno escenario deportivo, mientras al interior del campo de fútbol se desarrollaba un partido, uno de sus espectadores era Javier Alexander Díaz Torres y sería lo último que vería.

Javier o Negrito, como le decían sus allegados, veía el juego desde las mallas exteriores, cuando por su espalda llegó una motocicleta, con dos personas a bordo, uno de ellos desenfundó un arma de fuego y le disparó al menos cinco veces, impactándolo en diferentes partes del cuerpo.

La víctima, de apenas 18 años de edad, cayó sobre el asfalto y su sangre alcanzó a manchar el suelo. Rápidamente fue auxiliado y trasladado hasta la Unidad Básica Puente Barco donde falleció pocos minutos después de lo sucedido.

La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) hizo presencia en el lugar de los hechos para establecer posibles cámaras de seguridad que pudieran ser revisadas para esclarecer los hechos. De igual forma, recopilaron testimonios de testigos y familiares con los que podrán establecer algunas hipótesis.

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Y es que, al parecer, la imagen que daba Díaz en redes sociales, de portar supuestas armas de fuego, correspondería con su pasado y una vinculación con un caso judicial, según información policial.

Las autoridades tenían indicios que relacionaban a Negrito con la muerte de un menor de edad ocurrido hace aproximadamente dos años, suceso que habría sido confirmado por familiares de Negrito. La relación de este suceso con el homicidio de Díaz es materia de investigación por parte de las autoridades.

Otro aspecto a tener en cuenta para las autoridades es la presunta injerencia delictiva del grupo criminal Los Menores en este sector, quienes se dedicarían al tráfico de estupefacientes y homicidios selectivos.

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¿Por una deuda?

Simultáneamente, en la calle 21 con avenida 20 del barrio San José, en la solitaria calle, se escucharon dos estruendos. Los vecinos no se molestaron en salir, pensaron que se trataba de una motocicleta con el tubo de escape modificado. Fue minutos después que una de las residentes de una casa decidió salir a la tienda, para comprar algunas cosas y en la entrada de la vivienda se encontró con un cadáver.

No era una motocicleta, habían sido disparos dirigidos contra la integridad de una mujer, identificada como Ana Dolores Ramos Ramírez, quien recibió dos impactos, ambos en el tronco, y perdió la vida en el lugar, donde no se veía ‘un alma por la calle’.

La residente avisó a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc). Al lugar llegó la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para hacer el levantamiento del cuerpo y empezar la investigación.

Las indagaciones preliminares se dificultaron puesto que nadie conocía a la mujer. Sin embargo, las autoridades pudieron contactarse con la familia de la víctima, quienes dieron posibles indicios de lo sucedido.

Al parecer, ella habría prestado un dinero para pagar una deuda bancaria, por lo que las autoridades no descartan que se trate de un asunto monetario. De igual forma, otra fuente reveló que ella ya habría ido al lugar de los hechos con anterioridad, sin conocerse el motivo.

Las autoridades ya trabajan en esclarecer los hechos y por el momento no descartarán ninguna hipótesis.

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