En cuestión de horas, tres hombres asesinados a tiros fueron encontrados en diferentes sectores de Cúcuta y en locaciones muy cercanas a trochas.
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En un periodo de 12 horas, los tres reportes de cadáveres encontrados por la comunidad llegaron a oídos de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).
En el Anillo Vial Oriental, de Villa del Rosario, a unos cuantos metros de la glorieta de Villa Silvania, los conductores que pasaban por esta ruta en horas de la madrugada del 22 de mayo fueron alertados por una escena siniestra sobre uno de los costados de la vía, en la entrada de una trocha conocida como La 51.
Un hombre, de unos 35 años, de contextura delgada y cabello oscuro, estaba tendido sobre la tierra mojada, por la lluvia que caía. Vestía una camiseta azul clara y un bluyín, tenía heridas visibles en el rostro y bajo su cabeza emanaba un gran charco de sangre, se trataba de un nuevo asesinato con arma de fuego.
Al llegar la mañana el cuerpo continuaba en la zona, sobre las 5:00 a.m., la sangre del hombre, había bajado por la lluvia, tiñendo de rojo los charcos de esta apartada zona.
Nadie lo había visto y nadie lo conocía, tampoco pudieron identificarlo oficialmente, aunque por redes sociales, algunas personas declararon ser familiares del individuo, quien aparentemente es oriundo del municipio de Pedro María Ureña, estado Táchira, Venezuela.
En este sector no existen cámaras de seguridad, lo que dificultará la investigación para tratar de esclarecer los hechos. Sin embargo, de forma preliminar se conoció que el crimen habría sido cometido por seis personas, con vestimenta negra, que portarían armas de largo alcance.
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Aunque los móviles siguen siendo materia de investigación, una de las hipótesis que manejan las autoridades es que el hombre haya sido traído a este lugar desde Venezuela por esta trocha que, atravesando el río Táchira, comunica con el municipio venezolano de donde provendría. Enseguida lo asesinaron y escaparon por donde vinieron.
En este sector, ubicado a aproximadamente 250 metros de la línea de frontera tendrían incidencia criminal el frente urbano Carlos Germán Velasco Villamizar, del Eln.
Cerca de El Águila
Un ruido perturbó la tranquilidad del barrio Nuevo Escobal sobre la 1:00 a.m., uno de los vecinos manifestó escuchar disparos en la calle 9A, entre avenidas 6 y 7, sin embargo, nadie se asomó, nadie preguntó.
Horas más tarde, al salir de casa para iniciar su jornada laboral, vieron a un hombre acostado boca arriba en la mitad de la carretera, vestía una camiseta color crema, con una sudadera gris y pantuflas blancas. En el cuerpo, varios impactos de bala evidenciaban un asesinato con arma de fuego.
Al hombre no le encontraron ningún tipo de pertenencias, ni siquiera documentos de identidad, lo que, sumado a que los habitantes del sector no lo reconocieron, ampliaron el misterio de este crimen.
En la zona no hay cámaras de seguridad, ni hubo testigos. En el sitio se encontraron tres vainillas percutidas, las que fueron recogidas por la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para tratar de conocer más detalles del hecho, además, identificaron que tenía marcas de presión en las muñecas, abriendo la posibilidad de que haya sido atado.
Este hecho se dio a escasos metros de la trocha El Águila que comunica a Ureña con Cúcuta y por la cual, las autoridades sospechan que, de igual forma, el hombre pudo haber sido trasladado hasta el lugar por este tramo informal, donde también tendría injerencia el frente Carlos Germán Velasco Villamizar.
En la trocha de Cormoranes
En la vía que conecta las torres de Cormoranes con el Anillo Vial Occidental, pasadas las 5:00 p.m., del 21 de mayo, sobre un costado de la vía, también hallaron el cuerpo de un hombre con evidentes señales de haber estado retenido en contra de su voluntad.
El hallazgo se dio a escasos metros al interior de esta conexión vial. El hombre tenía varias heridas por arma de fuego, sus manos estaban atadas fuertemente con una soga, al igual que sus pies, lo que le habría limitado la movilidad en sus últimos momentos.
El hombre portaba un buzo amarillo, un bluyín y no portaba zapatos, gran parte de su cuerpo cubierto de sangre por las heridas que presentaba.
Al igual que en los anteriores casos, la información sobre el hecho es muy escasa. Al cierre de esta edición, los móviles siguen sin esclarecerse y el hombre continúa sin ser oficialmente identificado.
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