Según el informe Perspectivas Económicas de América Latina 2025 de la OCDE, Colombia ocupa la sexta posición entre los países de la región con mayor proporción de hogares cuyos ingresos provienen exclusivamente de actividades informales.
En esa medición, más de la mitad de los trabajadores latinoamericanos dependen total o parcialmente de la informalidad, lo que reduce la productividad y dificulta la recaudación tributaria.
El informe subraya que las transiciones desde el trabajo informal hacia empleo formal son particularmente bajas, lo que significa que la informalidad no opera como una etapa previa a mejores trabajos, sino como un estado persistente donde la movilidad laboral ascendente es limitada.
Esto se traduce en baja productividad agregada, menores ingresos para los hogares y restricciones para financiar el sistema de seguridad social.
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El informe muestra que Honduras, Bolivia, Nicaragua, Guatemala y Perú encabezan la lista de naciones donde en los hogares cuyos ingresos dependen totalmente de trabajos informales.
Desde la Organización Internacional del Trabajo, su director general Gilbert F. Houngbo señaló que, aunque América Latina recuperó los niveles de empleo previos a la pandemia, la calidad de los trabajos no ha mejorado. “La informalidad no puede ser tratada como una realidad inevitable del mercado laboral, sino como un reflejo de la falta de protección social sólida, políticas de transición justa y mecanismos efectivos de formalización”.
Por su parte, José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, advirtió que América Latina enfrenta una “trampa de bajo crecimiento” asociada al estancamiento de la productividad laboral desde hace más de una década.
En estos casos, predomina una estructura económica basada en autoempleo, agricultura de pequeña escala, comercio minorista y servicios de baja productividad.
En el otro extremo, los niveles más bajos se observan en Bahamas, Uruguay, Chile, Brasil y Costa Rica. Estos países combinan mercados laborales más estables, mayor cobertura de seguridad social y políticas públicas que facilitan la formalización, especialmente para pequeños negocios.
El informe sostiene que reducir la informalidad no puede abordarse únicamente con reformas laborales o medidas de fiscalización.
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En este punto, Colombia es destacada por la OCDE como uno de los países que ha adoptado una estrategia territorial de transformación productiva a través de los Centros Zasca, centros de reindustrialización territorial.
Los Centros Zasca operan en 26 departamentos. Su objetivo no es solo capacitar, sino permitir la mejora directa de los procesos productivos, la calidad de los bienes producidos y la capacidad de insertarse en cadenas de valor regionales.
Esto significa que la política industrial no se define únicamente desde los ministerios, sino que se ejecuta en los lugares donde las actividades económicas existen, aunque a pequeña escala.
En términos estratégicos, el informe concluye que una reindustrialización verde e inclusiva en Colombia solo será viable si se logra integrar a los trabajadores informales a sectores de mayor productividad.
La informalidad laboral se refleja como un síntoma de baja productividad
Durante el Congreso Empresarial de la ANDI en agosto de este año, el director de Comfama, David Escobar, presentó un informe que utiliza la base de datos de la seguridad social en Antioquia. En dicho informe, se mostró que alrededor de 3,1 millones de personas; algo más de 2 millones son formales y 1 millón están en la informalidad.
Con la información de La República
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