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Cúcuta
Un recorrido por Molinos del Norte, 'el barrio de la piscina de olas'
El barrio no tiene canchas o iglesia
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Miércoles, 22 de Junio de 2022

Las personas de la Urbanización Molinos del Norte aún recuerdan la ‘época dorada’ en la que tenían unas de las mejores piscinas de olas de la ciudad, provocando la envidia entre los vecinos.


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Cada fin de semana era normal que a ese sector de la Comuna 6 llegaran personas de diferentes zonas de Cúcuta para disfrutar de las zonas verdes y la piscina que tenía el Club Molinos, ubicado en la calle 6 con entrada a los conjuntos.

Eso aportó a la economía pues varios comerciantes abrieron sus locales cerca del complejo acuático, generando ganancias en los vecinos que vendían diferentes productos en sus casas o como vendedores ambulantes.

“Eso (las piscinas) se acabaron hace como 12 años, la gente nos dejaba plata porque uno les vendía que flotadores, bloqueador solar, entre otros elementos”, indicó un vecino.

Para muchos es una tristeza que el complejo acuático haya cerrado sus puertas y la hermosura del lugar pasara a un espacio abandonado donde impera la maleza.

 

Complejo Acuático

 

“Las personas de acá son calmadas y viven de su trabajo diario, pues el sector está es compuesto por unos conjuntos residenciales y unas cuadras”, aseguró Ermides Ureña Camperos, presidente comunal de Molinos del Norte.

 

Una zona pequeña

El sector no cuenta con iglesia, colegios, canchas o parques, dado que la infraestructura del barrio no se presta para que las entidades encargadas construyan alguno de estos espacios públicos.

Por ello, muchos padres de familia envían a sus hijos a colegios del barrio Trigal del Norte –donde la institución educativa pública es de propiedad de una cooperativa y no del municipio- de otros barrios vecinos o el centro de Cúcuta.

Es normal que a las 5:00 de la mañana, mediodía y 6:00 de la tarde los padres de familia salgan a caminar con sus hijos hasta los colegios, los transporten o lleguen automotores que prestan el servicio de transporte escolar.

“Eso ha sido una falla para uno porque le toca sacar más dinero para el transporte o el tiempo para llevar a los niños, pese a que trabajamos lejos de la zona”, comentó un vecino.


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La institución más cercana es el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) Trigal de la Felicidad, ubicado en Trigal del Norte, donde estudian niños y niñas de transición gracias al apoyo financiero y de personal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

 

CDI

 

“El CDI nos ha salvado a muchas familias de la zona que no contamos con los recursos para costear las mensualidades y matrículas de un jardín infantil privado”, comentó una madre cabeza de hogar.

La iglesia Santa Rosa Mística es el templo más cercano para los vecinos, quienes caminan cada domingo hasta la calle 3 con avenida 1 de Trigal del Norte para escuchar la eucaristía.

 

Quieren un colegio

El líder comunal indicó que le ha pedido a la administración municipal en varias ocasiones que construyan en un lote de cesión un megacolegio para Molinos del Norte o un policlínico para la Comuna 6. Los lotes de cesión son espacios que las constructoras ceden al municipio para que el municipio haga obras que beneficien a la comunidad.


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También que las personas tengan un centro asistencial cercano, porque la gente se las ingenia para ir a una cita médica en los puestos de salud de otros barrios, lo cual es en muchos casos costoso por los viáticos y transporte.

¿Cómo están de seguridad?

Los vigilantes informales han cuidado de las cuadras, por lo que es raro que se presenten hurtos a residencias o que haya habitantes de calle merodeando. La relación que tienen los vecinos con las autoridades ha dado sus frutos, pues gozan de la constante vigilancia del cuadrante.

“Acá quedamos en veremos con la instalación de alarmas comunitarias y cámaras de seguridad, todo fue diplomacia en los procesos de aumento de la seguridad”, añadió.


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Las vías están mal

Algunas calles de Molinos del Norte han sufrido el abandono de las entidades encargadas de la pavimentación de la ciudad, pues llevan décadas sin que les echen una pisca de asfalto.

Son las vías por donde pasan las rutas de busetas y, por ende, las que más peso soportan a diario, sin contar con la humedad que, para muchos expertos, es un ‘cáncer’ para el asfalto porque aumenta los huecos.

Un poco de historia

Hace 25 años nació Molinos del Norte como una zona apartada del bullicio de la capital nortesantandereana, donde las personas pudieran vivir pacíficamente aprovechando que está sobre el Anillo Vial Occidental y tiene conexión con las vías a los corregimientos de San Faustino y el municipio de Puerto Santander.


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Las familias llegaron compraron las viviendas y poco a poco se fue separando en diferentes urbanizaciones  que actualmente tienen su propia organización comunal e independencia.

Actualmente la zona consta de dos conjuntos cerrados y cerca de 500 viviendas, siendo de los sectores más pequeños de la zona cercana al Aeropuerto Camilo Daza.

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