Los discursos desquiciados del presidente Petro no solo han servido para tapar escándalos y el vacío de gobierno. Han tenido un efecto aún más peligroso: han legitimado la idea de que cualquiera puede ser presidente, incluso quienes en otro momento habríamos considerado perfiles inestables, fuera de todo criterio mínimo de liderazgo.

Hoy, los delirios de poder no se quedan en el Palacio de Nariño: se han desbordado. Y lo más grave no es que los peores locos quieran ser presidentes. Es que, con este clima, pueden lograrlo.

Aunque es difícil hacer un top de los peores candidatos presidenciales, hay uno que, sin lugar a duda, está ganando esté título: Abelardo de la Espriella.

Hace once años, Abelardo asistió como invitado al programa de Suso ‘El Paspi’, y en la entrevista que fue transmitida en televisión nacional y puede revivirse gracias a YouTube, el hoy candidato presidencial relató que les ponía cinco voladores (pólvora) a los gatos, y aunque no volaban como él esperaba, sí explotaban.

El escabroso relato del que hablo lo pueden encontrar en el link: https://youtu.be/lud8IzKd_Yg?si=0qHy5Qs7IzEbrdCp y el fragmento inicia en el 10’14”.

A pesar de que algunos seguidores de Abelardo han insistido en que este tema es una persecución política porque su carrera presidencial “está despegando”, solo un pésimo asesor diría que hasta la mala publicidad es publicidad.

Afortunadamente, esto salió a la luz, porque hasta hace dos semanas mi único requisito para votar por un presidente era que no fuera petrista. Ahora le sumo uno más a la lista: que no mate animales por diversión.

Ni todas las cosas horribles que hemos escuchado sobre la Presidencia (y sus ministerios), incluyendo los interrogatorios ilegales a una niñera, se comparan con el terrible relato de Abelardo de la Espriella sobre la forma en que desmembraba gatos con pólvora.

En su momento, ninguno de los cuatrocientos comentarios del video rechazaba la crueldad del tipo. Pero eran otras épocas, y diez años después, afortunadamente, Colombia ha cambiado demasiado.

En este país que aún está plagado de crueldad es difícil que un tema así pase desapercibido: en TikTok son cientos los videos repudiando los actos sociópatas de Abelardo de la Espriella, tienen millones de reproducciones y cientos de miles de reacciones en su contra.

Considero que un hombre que se autodenomina defensor de la patria no puede serlo si encuentra placer en infligir sufrimiento a los animales.

Ese hombre –uno de esos “fantásticos candidatos” que hoy hacen fila para, según dicen, enriquecer la vida de Colombia– representa exactamente el tipo de liderazgo que deberíamos evitar.

Ojalá que en los siete meses de campaña que nos quedan, logremos ver emerger una opción viable. Alguien con la capacidad de reconstruir a Colombia lejos de las narrativas chavistas y las fantasías petristas.

Alguien que, preferiblemente, no haya sido asesino de ninguna criatura. ¿Podríamos ponernos de acuerdo en que eso es lo mínimo? ¿O vamos a resignarnos a elegir al próximo sociópata, solo porque esta vez no es petrista?

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