Las detonaciones de más de 10 disparos alarmaron a los habitantes de la avenida 7 entre calles 17 y 18, del barrio Ospina Pérez, donde se registró el más reciente homicidio en Cúcuta.

Allí, fue asesinado Ismael Revelo Suárez Mora, de 30 años, cuando se movilizaba en una motocicleta marca Auteco, de placas NLE-13F.

La víctima era perseguida por tres hombres que se movilizaban en dos motocicletas, hasta que la interceptaron y le dispararon en múltiples oportunidades, dejándola sin vida en el lugar.

“Primero se oyeron como seis disparos, luego vino un silencio y después volvieron a disparar, muchas veces”, recordó un testigo del hecho.

Suárez recibió los disparos en la cabeza, a pesar de tener el casco de protección puesto. El cadáver quedó tendido junto a la motocicleta.

Los vecinos del lugar salieron a tratar de auxiliarlo, pero se percataron de que estaba muerto, por lo que de inmediato llamaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta para que arribara al lugar.

Los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección y el levantamiento del cadáver.

Los rastros

Los investigadores judiciales adelantaron las pesquisas rigurosas para tratar de identificar a los autores del homicidio. Alrededor del lugar del ataque hay algunas cámaras de seguridad, por lo que serán analizados los videos para ir tras la pista de los homicidas.

“Yo vi cuando los tres huían y uno de ellos se guardó un arma en la pretina, iban a alta velocidad”, recordó un testigo.

El mayor Freddy Molina, comandante del segundo distrito de la Policía Metropolitana de Cúcuta, aseguró que la víctima no vivía en el sector del hecho.

Además, dijo que se adelantan las investigaciones con la policía judicial para esclarecer los móviles del hecho.

Extraoficialmente se conoció que, al parecer, la víctima tuvo líos con la justicia, por lo que las autoridades avanzan en las pesquisas de este hecho violento.

Otro crimen

La noche del 29 de abril, en la calle 23 con avenida 8, también de Ospina Pérez, fue asesinado Juan Felipe Ortiz Cuadros, conocido como El Rolo.

Según se conoció, la víctima presuntamente era un reconocido expendedor de drogas y, al parecer, había vuelto a este lugar para tratar de retomar el control, después de iniciar una disputa con otra banda delincuencial.

Ortiz Cuadros, oriundo de Chitagá, fue trasladado inicialmente al policlínico de Atalaya, desde donde fue remitido a una clínica, donde murió.

Extraoficialmente, se conoció que Ortiz había sido amenazado de muerte por una banda delincuencial, luego de registrarse el homicidio de dos allegados que eran cercanos a esa estructura, por lo que la víctima decidió salir de la zona durante un tiempo.

Al parecer, Juan Carlos Vargas Leal, conocido como Talo, quien finalmente fue asesinado el 16 de abril, en el barrio San José, sería la persona con la que ‘El Rolo’ había tenido discusiones previamente.