Terminan las vacaciones y el cabello suele ser el más afectado por el cambio de clima, la polución y demás factores que pudieron alterar la estructura del pelo durante el último mes del año. Adicional existen otros aspectos de la cotidianidad que pueden contribuir a que el daño sea mayor.
El estrés, el tipo de alimentación, el cigarrillo, el sol y los tratamientos capilares como tintes, permanentes y alisados debilitan el cabello, ocasionando problemas de sequedad, grasa, falta de brillo y caída excesiva. Juliana Sánchez, directora médica de Mediarte, clínica capilar especializada en los problemas de alopecia menciona 7 hábitos saludables que contribuyen a tenerlo mucho más sano.
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“Actualmente el cuidado del pelo se ha convertido en un motivo de consulta frecuente en Mediarte. En nuestra cultura el elemento más preocupante ante cualquier anomalía del pelo es mayoritariamente estético y los hábitos de vida tienen una repercusión directa en la salud capilar, estos van a dividirse en dos grupos: hábitos generales y cuidados específicos del pelo” asegura Sánchez.
Los hábitos saludables para la vida
Actividad física: el deporte contribuye a la buena salud del pelo de tres formas esenciales, reduciendo la cantidad de cortisol (hormona del estrés) en sangre, manteniendo inalterados los proteglicanos, determinantes para el ciclo del crecimiento adecuado del cabello.
Mejora la oxigenación en el cuero cabelludo y la cantidad de nutrientes que llegan al folículo piloso, lo que favorecerá al crecimiento del pelo. Por su parte, la sudoración luego del ejercicio contribuye a la eliminación de toxinas a través de los poros del cuero cabelludo, y estabilizando el ciclo de caída y crecimiento.
Alimentación adecuada: para cualquier proceso fisiológico la dieta es esencial, y para la salud capilar no es la excepción, el folículo piloso requiere una cantidad variada de minerales, proteínas y vitaminas que cumplirán un papel vital en el buen desarrollo y crecimiento del tallo piloso.
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Dentro de los micronutrientes necesarios los más comunes son: vitamina A, del grupo B, C, E, D, Zinc, Magnesio, Azufre, Cobre, Hierro, Selenio, ácido fólico. Estos se obtendrán de una dieta balanceada, es decir de un menú semanal que aporte todas las fuentes de nutrientes necesarios.
No fumar: el tabaco genera cambios nocivos en el pelo tales como la pérdida de vitalidad, fragilidad y daño en la cutícula. Estos cambios se deben a la afección que existe en la microcirculación del folículo piloso que producen las micropartículas tóxicas contenidas en el humo, ya sea por aspiración o de forma pasiva. “También se ha encontrado que altera la producción de ciertas hormonas como por ejemplo el estrógeno, favoreciendo al envejecimiento prematuro del cuero cabelludo, y aumentando la producción de testosterona haciendo el tallo piloso más débil. La pérdida de elastina y colágeno perjudican considerablemente la estructura capilar” puntualiza Sánchez.
Duerma bien: un patrón de sueño regular con un promedio de 7-8 horas de descanso ayudarán a reducir el estrés químico y con esto la activación a respuesta inflamatoria y el deterioro en la integridad de la piel. Si el esquema de sueño se altera, existirán desequilibrios hormonales y aumentará la secreción de sebo, llegando así a condiciones patológicas del cuero cabelludo (picor, descamación, dermatitis).
Tome agua diariamente: la ingesta diaria de agua en las cantidades adecuadas mantiene el pelo saludable. Evita que se vea áspero, sin brillo y la electricidad estática. Los requerimientos hídricos individuales van a fluctuar entre 30-35 ml por kg de peso.
Estos hábitos saludables no solo son beneficiosos para el cabello sino para el cuerpo y la mente.
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Hábitos para el cabello
Como un complemento a estos hábitos saludables, Mediarte aconseja:
Identificar el tipo de lavado: va a depender de las características particulares del cuero cabelludo de cada persona, ya que existen diferencias estructurales significativas del pelo entre distintas razas que definirán las pautas en el cuidado de este. En términos generales los cabellos lacios se pueden lavar diariamente, los ondulados cada 2 días y los rizados – afro dos veces por semana.
En cuanto al secado es recomendable no frotar el pelo, secarlo al aire libre, usar toalla de microfibra para no romper hebras capilares y disminuir el frizz. La elección del champú varía dependiendo de la producción de sebo del cuero cabelludo, sin embargo, en la mayoría de los casos se recomendará uno libre de sales y parabenos.
Para peinarlo, usar cepillo con cerdas gruesas/flexibles, desenredar empezando por las puntas hasta subir al cuero cabelludo.
Evite el calor extremo: eviteel uso de fuentes de calor a altas temperaturas ya que el uso constante y/o prolongado genera debilitamiento de la cutícula, daña las fibras de queratina haciendo que el pelo se vuelva frágil, áspero, con puntas abiertas y quebradizo.
“Todos los cueros cabelludos son distintos, por esto siempre es importante acudir a un especialista que pueda indicarte la mejor forma de cuidar tu pelo. Visita www.mediarte.co donde nuestra prioridad es que el cabello sea el protagonista de tu felicidad y no el origen de tus inconvenientes” finaliza Sánchez.
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