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Virtualidad o alternancia: dos modelos con dificultades en la región
"90 porciento de los estudiantes que desertaron de las instituciones privadas hacían parte del nivel del preescolar, es decir niños entre los dos a los cinco años", Ángel Suárez, representante de los colegios privados.
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Viernes, 29 de Enero de 2021

El inicio de un nuevo año escolar implica retos y compromisos tanto de los docentes, directivos, estudiantes y padres de familia, con el ingrediente en 2021 que se continúa bajo la amenaza constante de una plaga global que tiene a las autoridades de educación pensando si seguir en la virtualidad como en 2020 o pasar gradualmente al modelo de alternancia.

Aunque hasta el momento la modalidad no presencial será la que se aplique a partir del 1 de febrero que inicia el calendario escolar, desde el Ministerio de Educación Nacional se baraja para dar el paso a la alternancia si los contagios por la COVID-19 bajan y la vacunación es una realidad.

En Norte de Santander, como en Cúcuta su capital, hay defensores y detractores de uno y otro modelo, por lo que implica para la calidad de la educación, la salud mental de los educandos y por otro lado el riesgo de asistir de manera presencial a las aulas cuando no en todos los planteles están dadas las condiciones de bioseguridad para el regreso seguro.

Laura Cáceres, secretaria de Educación del Departamento, dijo que las clases comenzarán este año bajo la modalidad no presencial el 1 de febrero, determinación con la que se busca salvaguardar no sólo la vida de los alumnos, docentes y padres de familia, sino de la población en general. 

Explicó que los estudiantes de las instituciones oficiales comenzaban antes, pero la Resolución 075 del 18 de enero modificó el calendario convirtiendo la primera semana de clases en jornadas de desarrollo institucional.

Lo anterior para que la entidad territorial pueda ejecutar los recursos del Fondo de Mitigación de Emergencia (Fome) para adquirir los elementos de bioseguridad, protección personal, aseo y desinfección que serán de uso de los menores una vez regresen de manera segura y progresiva a las aulas.

El cambio en el inicio de clases permitirá un tiempo favorable para habilitar las sedes escolares para la puesta en marcha de la alternancia. En el departamento hay 1.872 sedes educativas con una matrícula hasta el momento de  147.616 estudiantes. El año pasado la matrícula cerró en 149.000. 

Plan de alternancia

Jessica Ramírez, secretaría de Educación de Cúcuta informó que se encuentran en un proceso de apoyo técnico a las diferentes instituciones de educación formal oficiales y no oficiales, y a sus equipos de trabajo y comités de alternancia.

Así mismo, dijo que han generado mecanismos de participación de la comunidad educativa por comunas, para consolidar las sinergias con los procesos de calidad y de planificación del modelo educativo desde el Plan Institucional de Alternancia Educativa.

El modelo de alternancia condensa la opción de combinar estrategias de trabajo educativo en casa con encuentros presenciales en los establecimientos educativos, siempre y cuando lo permitan los indicadores epidemiológicos de la pandemia.

Esta es la oportunidad de replantear y rediseñar el modelo  educativo en esta capital, para que de manera integral se planifique el futuro de la educación con elementos tecnológicos que potencien las experiencias académicas y que responda a las necesidades sociales como la interacción, el bienestar socioemocional y una experiencia colaborativa.

La matrícula este año va más alta que la vigencia pasada con 112.019 matriculados. El año pasado se cerró en 114.641 estudiantes en el sistema educativo.

Escuelas sin agua

Juan Carlos Peña, presidente de la Asociación Sindical de Institutores de Norte de Santander (Asinort), dijo que esta semana que concluye los docentes y directivos desarrollaron el diagnóstico de la alternancia. “Sabemos que las instituciones educativas carecen de muchas cosas y que hace falta inversión, al punto que en Cúcuta hay muchos planteles sin el servicio de agua diario, indispensable para el modelo de alternancia donde los niños se deben lavar las manos cada hora”.

Todas las instituciones carecen del apoyo administrativo al no tener aseadoras, vigilancia, secretarias y el servicio de enfermería que exige el Ministerio de Salud para los colegios, entre otras falencias dijo Peña.

Estos dos primeros meses se va a trabajar en virtualidad, mientras se sigue evaluando y conforme se den los picos de la pandemia decidirán si van a la alternancia, según lo acordado con las secretarías de Educación del departamento y el municipio.

En la virtualidad también se ha tenido muchas carencias, porque el servicio de internet no lo tienen todos los estudiantes, en muchos hogares no cuentan con un computador, una tableta o un teléfono inteligente, lo que ha impedido que los estudiantes tengan todo el servicio  educativo día a día.

“Los maestros sabemos que ninguna virtualidad reemplaza a la escuela y las aulas de clases, porque los niños necesitan socializar, encontrarse y tener sus vivencias, queremos volver pero cuando se den las plenas garantías, cuando no se tenga el alto contagio con estadísticas que asustan: más de 2.200 niños contagiados y dos o tres muertos, 700 profesores contagiados y 53 muertos en el magisterio del departamento, y en el país 500 docentes fallecidos según la cifra entregada por la Federación Colombiana de Educadores (Fecode)”.   

Leonardo Sánchez, directivo de Asinort, dijo que en medio de la situación por la emergencia sanitaria, la educación como eje fundamental de la escuela y la sociedad, no escapa de ello.

Recordó que ya en tiempo normal se venía atravesando por dificultades a causa de la desfinanciación de la educación pública, con consecuencias como el deterioro de las plantas físicas en más del 70 por ciento, falta de personal administrativo de más de 600 personas en Cúcuta, entre celadores y aseadoras, falta de sicólogos, hacinamiento escolar, entre otros factores que afectan la calidad de vida y académica, lo que no ha mejorado, por eso considera que no están dadas las garantías para el retorno a las clases presenciales con alternancia, como se pretende.

Luis Humberto Useche, rector del colegio Buenos Aires en Atalaya,  dijo que acatan la normatividad del Ministerio de Educación Nacional, pero que sin embargo la situación no es fácil por cuanto los recursos que llegan por gratuidad de la educación son limitados.

 “No sabemos cuándo van a llegar esos recursos y si serán girados de acuerdo a lo que se está mostrando por la matrícula de estudiantes para comprar los elementos mínimos de bioseguridad, y si se combina la alternancia con presencialidad porque eso demanda gastos”.

Se requiere instalar lavamanos a la entrada del colegio, tapetes para la desinfección,  comprar tapabocas, alcohol, definir cómo será la ubicación de cada estudiante en los salones de clase que son cerrados, algunos con aire acondicionado, si el Gobierno va a hacer esa inversión o si le corresponde al padre de familia, según el rector.

Aunque la virtualidad presentó inconvenientes, los docentes prefieren este modelo a la alternancia por el riesgo de contagio./ Foto archivo

 

Los privados van mal

Ángel Suárez, presidente de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas de Norte de Santander (Eduprinor), que agrupa 280 (66%) de las 320 de estas instituciones en el departamento, dijo que frente al modelo de alternancia que hasta tanto no avance plenamente en el país el proceso de vacunación no van a existir garantías plenas para la protección de la vida de los estudiantes, profesores, trabajadores y la comunidad educativa en general.

“Este es un tema que compete fundamentalmente al derecho a la vida y a su protección. Las condiciones de contagio del virus deja ver que es muy alto lo que hace imposible contener esos contagios en la escuela, como se ha demostrado en Europa donde han tenido que cerrar escuelas aún con todas las medidas de bioseguridad establecidas en los protocolos”.

La preocupación más grande es que a la fecha han cerrado 22 establecimientos educativos privados, entre ellos 15 jardines infantiles y el resto con básica, primaria, secundaria y media.

En esta crisis con corte al 18 de enero de 2021 se midió el índice de deserción real lo que mostró una cifra de 26% de deserción el año pasado, es decir 9.300 estudiantes que abandonaron las aulas por falta de pago o porque los padres de familia con sus hijos no se adaptaron al modelo.

Ante este panorama la mayor parte de los jardines infantiles están cerrando porque no llegaron estudiantes, afectando a entre 1.500 a 2.000 familias de los profesores de instituciones privadas, directivos, aseadoras, proveedores.

La matrícula en básica primaria, básica secundaria y media también ha tenido un comportamiento preocupante, porque a escasos días de iniciar el año lectivo en virtualidad, el 1 de febrero, las instituciones educativas privadas la que más lleva matrícula, está por el orden del 35% con relación al número de estudiantes matriculados el año pasado.

En 2020 la matrícula en las 320 instituciones privadas de Norte de Santander se atendían 49.000 estudiantes y para el caso de  Cúcuta 36.000 estudiantes, pero a la fecha solamente cerca de un 35% ha matriculado, puntualizó el representante gremial.

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