El ingeniero Diego Fernando Lozano fue secuestrado en la vereda M14, de Tibú.
Exigen la liberación
El temor por el riesgo que corren los trabajadores de Ecopetrol sigue latente después del secuestro del ingeniero Diego Fernando Lozano, el jueves 13 de enero, cuando hombres armados lo sacaron de un pozo donde cumplía sus labores, también en Tibú y se lo llevaron con rumbo desconocido.
La empresa petrolera hizo un llamado a los captores para que le respeten la vida y liberen al funcionario para que retorne sano y salvo a su hogar.
Ecopetrol también emitió una orden a todo su personal, donde indica que suspenden cualquier desplazamiento a los pozos o por fuera de las instalaciones en Tibú, sin antes consultarlo con los encargados de la seguridad y tener una escolta.
La operación ‘Némesis’
Y precisamente para frenar el hurto de crudo, en diciembre del año pasado, el Ejército, la Policía, Fuerza Aérea, en conjunto con Ecopetrol, llegaron a uno de los puntos íconos del robo de petróleo que tenía el Ejército de Liberación Nacional (Eln), en El Aserrío, zona rural de Teorama.
Allí, según las autoridades, durante doce años fue hurtado el crudo a través de válvulas ilegales por las que se extraía y posteriormente era almacenado en bodegas cercanas.
Las autoridades tuvieron que excavar el terreno para llegar hasta las instalaciones ilegales y de esta manera acabar con este fenómeno que pasó desapercibido por más de una década.
Según las investigaciones adelantadas por los uniformados, era el frente nororiental del Eln el que obtenía la mayor parte del petróleo, con cerca de 59.000 barriles mensuales. Los integrantes del grupo armado obedecían a alias ‘Andrea’ y ‘Fercho’.
“Atacamos estas tres refinerías ilegales que hurtaban más de 780.000 barriles de petróleo al año, valorados en más de 60 millones de dólares, alrededor de 240.000 millones de pesos, con las que financiaban sus acciones terroristas contra la Fuerza Pública y el Estado colombiano”, afirmó el general Fabio Caro, comandante del Comando Específico de Norte de Santander, en el momento del hallazgo.
El año pasado, el Ejército destruyó 34 refinerías, seis depósitos ilegales de hidrocarburos, y desinstaló 31 válvulas ilícitas en el Oleoducto Caño Limón Coveñas.
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