La oficialización de postulaciones al Congreso y Presidencia para algunos candidatos no solo vino acompañada con aplausos y respaldos, sino con mensajes destilados de odio, un sentimiento que podría estar marcando el clima de la campaña que tiene su primera cita en las urnas en un poco más de dos meses.
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Las llamadas “bodegas digitales”, término con el que se le conoce a la estrategia de posicionamiento para difundir (y atacar) en bloque los mensajes políticos –que fue muy usada durante la campaña del plebiscito y la pasada contienda presidencial– parece venir reencauchada con fuerza para este nuevo periodo.
Sin embargo, mensajes basados en “nos vamos a convertir en Venezuela”, por ejemplo, parecen estar desgastados en el ambiente digital, por lo que el plan pareciera ser recurrir a mensajes de odio con ataques personales.
Quienes ya empezaron a identificarlos son los nuevos nombres que buscan hacerse a una curul, y los candidatos jóvenes que se mueven con más facilidad en lo digital.
“Faltan tres meses para las elecciones y las bodegas de varios candidatos ya están a toda marcha. Es lamentable que un proceso electoral esté marcado por sentimientos de odio y no de esperanza”, escribió en Twitter el politólogo Fernando Posada, uno de los nuevos rostros que busca una curul a la Cámara por Bogotá con el Nuevo Liberalismo.
Faltan tres meses para las elecciones y las bodegas de varios candidatos ya están a toda marcha. Es lamentable que un proceso electoral esté marcado por sentimientos de odio y no de esperanza. Pero no podemos perder de vista el objetivo. Y sin miedo a los ataques de las bodegas.
— Fernando Posada #NL105 ✊ (@fernandoposada_) January 3, 2022
La ola de odio la vivió con fuerza la doble medallista olímpica Caterine Ibargüen, cuando anunció su aspiración al Senado con el respaldo del Partido de la U, que dirige la baronesa vallecaucana Dilian Francisca Toro, quien fue gobernadora de ese departamento con 513.366 votos en el 2015, y quien es el respaldo político de la actual gobernadora Clara Luz Roldán, que ganó con 945.238 votos en 2019.
Que su nombre sea cabeza de la lista al Senado le ha costado una serie de improperios a los que no estaba acostumbrada, con ataques por pensamiento, género y hasta raza: “Pensamos que eras más inteligente, ¿o no sabes la corrupción de ese partido?, le escribió el usuario @cristiancrm, mientras que @elesgar1985 le dijo “Negra hermosa, no se deje untar de ese mierdero en ese partido”.
Caterine, en cambio, destaca que la mayoría de los mensajes que recibe son de apoyo y prefiere alejarse del clima negativo: “Cuando los mensajes son respetuosos los escucho, porque creo en la diferencia de opiniones, pero cuando son agresivos y groseros los ignoro”, le dijo la candidata.
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Susana Gómez, conocida como Susana Boreal, otro de los nuevos rostros que hace campaña por una curul a la Cámara por el Pacto Histórico, evidenció un aumento en los seguidores anónimos en sus redes sociales y ataques especialmente enfocados en que es una mujer.
“Hay una constante en los comentarios que me atacan, son misóginos, me descalifican diciéndome ‘Susanita’, ‘niña’, que soy muy joven para estar en la política”.
La profesional de la música que se dio a conocer por dirigir una orquesta de 400 músicos en el Parque de los Deseos de Medellín durante las protestas del paro nacional, dice que incluso ha recibido ataques machistas de asesores de concejales de la ciudad.
Uno con un poco más de “callo” es el representante del Centro Democrático, Gabriel Santos, quien aspira a repetir en la Cámara. El congresista dice que durante todo el anterior periodo recibió ataques en sus redes sociales, pero que hace un mes evidencia el aumento en seguidores anónimos y con perfiles creados recientemente en las ‘apps’.
“Unos me dicen que soy guerrillero, otros me dicen que soy un delfín. Pero creería que no son bodegas, me atrevería a decir que esos ataques vienen de las mismas colectividades políticas”, expresó el congresista que se eligió con 22.445 votos en el 2018.
Santos tiene claro el impacto digital en la campaña, y por eso destinará el 90 % del presupuesto a la estrategia virtual.
Claudia Duque, consultora en estrategias digitales, señala que el uso de bodegas o influenciadores no es nuevo, pero lo que está en juego es la ética: muchos de esos perfiles e influenciadores no están ni interesados en política, pero responden a esos mensajes porque les han pagado. A eso se suman herramientas digitales que tienen “bots” muy desarrollados para disparar mensajes en redes.
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Analistas consultados alertan que el fervor digital no necesariamente se traduce en votos en las urnas. Esto, porque en las elecciones legislativas es cuando más se pone en juego el poder de las maquinarias políticas versus el voto de opinión, que es preponderante en la votación a la Presidencia.
Por ende, al ritmo del avance de la campaña surgirán los mensajes de odio para buscar desestabilizar a los candidatos a punta de discusiones en redes sociales con las que buscan que algunos terminen “pelando el cobre”.
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