La facultad de Artes y Humanidades de la universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña adelantan un programa de emprendimiento con sentido social en la comunidad indígena de los yukpas.
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Orientados por la profesora Mery Celina Torres Jácome del área de Cultura y Ética organizacional los estudiantes de Comunicación Social y Periodismo ofrecen la posibilidad de cambiar el oficio limpiando parabrisas de los vehículos en los semáforos por los secretos en los salones de estética existentes en la localidad.
Son unas 40 personas provenientes de la serranía del Perijá frontera con Venezuela, asentados en los sectores periféricos de la ciudad, quienes sueñan con mejorar las condiciones de vida, asegura la maestra orientadora.
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“La temática esencial es el emprendimiento y corresponde a los primeros pasos para abandonar los semáforos mendigando una moneda a los conductores. La situación es bastante compleja, pero con la ayuda de otras instituciones como la oficina de la Población en desventaja aportamos un granito de arena a la reconstrucción del tejido social”, agrega.
Espíritu altruista de los universitarios
La directora de la Feria, Danna Katheryn Holguín Soto, indica que se refuerza ese sentido de responsabilidad con esa etnia. “Aparte de suministrar alimentos y útiles de aseo, se les brinda capacitación con el fin de salir del trabajo informal y garantizar alternativas para el sustento diario”, agregó.
Trece alumnos de noveno semestre encargados de la Feria de las Comunicaciones del alma mater instruyen a las mujeres cabeza de hogar en maquillaje y barbería en busca de un mejor futuro.
La estudiante Yasveidy Yuliany Martínez Rincón informa que el sábado 13 de los corrientes se efectuará una jornada de donación de material no perecedero en el parque principal 29 de mayo de Ocaña con el fin de mitigar la difícil situación como vive esa comunidad indígena.
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“Estamos avanzando con el diagnóstico para desarrollar ese proyecto de transformación sociolaboral con todos los componentes, logrando mostrar las herramientas a esa mano de obra tan valiosa para la sociedad”, recalcó.
Una oportunidad para cambiar de oficio
La líder, Érika Romero, única que sabe leer y escribir, resalta la dinámica de los universitarios para orientar a los miembros de la comunidad indígena en otros frentes de trabajo.
“Quién iba a pensar que, a través de la universidad, podíamos aprender a maquillar y las instrucciones básicas para la barbería”, recalcó.
Con esas estrategias, quieren asimilar las técnicas de los cortes, peinados y cuidados de la piel para ofrecer un buen servicio a los potenciales clientes, con la esperanza de abandonar las calles, agobiadas por los inclementes rayos del sol y los efectos de la ola invernal.
Recuerda el camino tortuoso de cruzar el complejo montañoso que comparten Colombia y Venezuela a la altura de los departamentos de Norte de Santander, Cesar y sur de La Guajira, hasta llegar a Ocaña en busca de mejores oportunidades de vida.
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Huyen de la crisis en el vecino país, dado que sus asentamientos se extienden a ambos lados de la frontera, y claman la ayuda humanitaria para resarcir las pérdidas y mantener el arraigo de sus ancestros.
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