La escena mortal que ayer había en un parqueadero de la avenida 5 con calle 1, del barrio La Ínsula, era tan dramática, que los encargados de ese lugar le rogaban al cuadrante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) que recogieron el cadáver del hombre que quedó tendido casi a la entrada.

“Ese señor no se merece estar tirado ahí desde la 1:00 de la madrugada, sin que ninguna autoridad se apersone de lo ocurrido. Mire son las 9:00 a. m. y no se ha hecho presente nadie”, aseguraba uno de los encargados del estacionamiento.

Añadió: “nosotros ya nos comunicamos con nuestro abogado y necesitamos que hagan el levantamiento de ese cuerpo para escalecer qué sucedió, pero ni los policías saben qué se hace ahí”.

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Lo peor de todo, es que el cuerpo permaneció tirado en ese sitio, bajo un sol inclemente hasta la 1:00 de la tarde, cuando por fin llegó una inspectora de la Secretaría de Tránsito para llevar a cabo la inspección técnica.

Y es que esto paso, porque, según se conoció, la Alcaldía de Cúcuta no ha firmado el convenio con la Policía de Tránsito y Transporte, por lo tanto esa institución no puede adelantar ninguna inspección técnica a cadáver o procedimiento, pero quienes si deben encargarse de las diligencias judiciales son los inspectores.

Pese a que las unidades del cuadrante de la Mecuc insistieron para que algún inspector de tránsito llegara, nadie les respondió.

Hasta el equipo periodístico de La Opinión trató de comunicarse con el secretario de Tránsito Municipal, Albeiro Bohórquez, y tampoco lo logró hacer. Solo hasta después de 12 horas se dio el levantamiento.

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Así se dio la trágica historia

Mientras un joven, que se dedica a vigilar todas las noches el estacionamiento, revisar la zona y verificar que los vehículos se encontraran bien, movía uno de los camiones para cambiarlo de puesto, se registró el trágico accidente.

Era la 1:00 de la madruga, cuando el hombre tomó las llaves, encendió el motor y comenzó a mover el camión, de repente sintió algo extraño, y al bajarse, observó a una persona tirada en el suelo y ensangrentada.

Al revisar qué ocurrió, se dio cuenta de que arrolló a un hombre, quien murió al instante. El cuidador del estacionamiento no entendía qué había pasado ni de dónde había salido la víctima, que hasta el cierre de esta edición, no había sido identificada.

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“Dentro del tiempo que nosotros llevamos con este estacionamiento nunca habíamos visto a ese hombre y tampoco comprendemos qué hacía ahí y más a esa hora”, narró una de las personas que cuidaba el lugar.

Según se conoció, el hombre muerto tenía un teléfono sobre su pecho y unas llaves de un vehículo, que se descocía dónde estaba parqueado.

El cuerpo del hombre fue levantando y llevado por una funeraria Los Ángeles a la morgue de Medicina Legal para que se encarguen de la identificación plena por medio de las huellas dactilares y que llegue un familiar a reclamarlo.

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