Entre el leve crecimiento en el nivel de las aguas lluvias del Canal Bogotá, con la llegada de la iluminación de la mañana, la ciudadanía vio una extraña protuberancia con forma humana: se trataba de un cadáver que fue dividido violentamente a la altura de la cintura.

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Fue sobre las 8:00 a.m. del 9 de junio que a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) llegó el reporte del macabro avistamiento por parte de la comunidad de este sector conocido como Caño Picho, sobre el Anillo Vial Oriental. El cadáver estaba boca abajo, con el nivel de aguas ya alcanzándole la oreja, lo único visible era su cabello oscuro y una camiseta gris, sus piernas no se veían fácilmente.

Varias patrullas de la Mecuc, en conjunto con el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, llegaron al lugar de los hechos y se resguardaron en un taller mecánico al margen de la carretera, desde donde tuvieron una mejor vista del cuerpo, que había quedado en la mitad del canal.

Por la lluvia con la que despertó ayer la ciudad, los uniformados no pudieron acceder al no llevar los implementos necesarios, fue necesario llamar a miembros del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cúcuta para que hicieran el levantamiento.

En tanto, los residentes de esta zona al margen del canal se asomaban desde sus predios para ver lo sucedido, de igual forma, los curiosos se detenían a un costado de la carretera para detallar la escena.

Sobre las 9:30 de la mañana llegaron los bomberos, que tomaron todas las precauciones necesarias y con los trajes adecuados, dos de ellos bajaron por una de las escaleras de emergencia, con una herramienta de largo alcance: engancharon el cuerpo por la camiseta, lo arrastraron hacia donde tenían la camilla, pero solo la parte superior del cuerpo se movió, las piernas se quedaron en el sitio.

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El bombero llevó la primera mitad del cadáver hasta la camilla, donde su compañero lo auxilió para atarlo a la misma. Se repitió la acción, esta vez para mover las piernas, que estaban al descubierto, tenía los pantalones sobre los tobillos, la parte baja de sus piernas ya se tornaban de un color morado, de igual manera se evidenciaban algunas heridas y moretones sobre los muslos y glúteos.

Amarraron ambas mitades del cuerpo sobre la camilla, lo aseguraron y con ayuda de otros operarios que estaban en la parte superior del canal lo subieron con una cuerda, allí cubrieron el cuerpo e hicieron el traslado a las instalaciones respectivas para hacer el levantamiento del cuerpo y establecer más detalles sobre este hecho de sangre.

A simple vista se veía un hombre de entre 30 y 35 años de edad, su identidad sigue siendo un misterio, mientras las autoridades adelantan la investigación para esclarecer quién es la víctima de este suceso.

En el sitio se adelantó la recopilación de testimonios de parte de la comunidad, sin embargo, nadie fue testigo de lo sucedido, tampoco lo conocen y no hay pista de quienes pudieran ser los responsables, por lo que las autoridades contemplan que el cuerpo fuera abandonado específicamente en este sector, ya que la corriente de agua lluvia no era tan fuerte como para arrastrar ambas mitades en conjunto hasta este lugar.

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El tercer caso

En lo que va del año este es el tercer cuerpo desmembrado que se encuentra en Cúcuta, en lo que parece estar convirtiéndose en una nueva tendencia dentro de la criminalidad.

El pasado 28 de mayo, en las inmediaciones de la cárcel Modelo, un trabajador de aseo municipal se encontró una cava, en su interior había una cabeza humana de un joven, quien presuntamente habría caído víctima de la guerra por el control territorial entre bandas delincuenciales.

Tres meses antes, el 27 de febrero en el Canal Bogotá, a la altura del barrio Cundinamarca, otro trabajador de aseo encontró una cava con otra cabeza adentro, esta pertenecía a Sixto Ferney Rojas Montalvo, un hombre que habría sido asesinado por otros dos sujetos con quienes habría viajado desde Bogotá para iniciar un centro de rehabilitación en Cúcuta.

Casi dos semanas después, el 11 de marzo, a un costado de la vía a La Garita, Los Patios, las autoridades encontraron el resto del cuerpo de Sixto, luego de que los responsables Jhon Marín Velázquez, conocido como pastor, y Brayan Smith García Agudelo, alias Samario, confesaran dónde habían dejado el cuerpo.

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