El primer emperador de China, el muy temido Qin Shihuang, había ordenado a su administración que le hallara el elixir de la inmortalidad, según un texto milenario encontrado tras excavaciones arqueológicas en el sur del país, informa la agencia Xinhua.
La obsesión de Qin Shihuang por la vida eterna era bien conocida: fue él quien se hizo construir el inmenso mausoleo subterráneo de Xian, al norte del país, con sus 8.000 guerreros de terracota cuya misión era protegerlo en el Más Allá.
Este ejército de ultratumba fue descubierto en 1974.
Pero al estudiar los textos hallados en 2002 en el fondo de un pozo en la provincia de Hunan (centro), los arqueólogos también establecieron que el emperador había ordenado a toda la nación una búsqueda del elixir para la vida eterna.
EL texto incluye un decreto imperial que ordena estas búsquedas, así como las respuestas --más bien ambiguas-- de las autoridades locales, que difícilmente podían satisfacer el mandato del temido monarca.
Según Xinhua, "una localidad llamada 'Duxiang' informó que ningún remedio milagroso había sido hallado, pero daba a entender que proseguían las búsquedas".
Otra, llamada Langya, en la actual provincia de Shandong (este), "aludía a una hierba cosechada en una montaña sagrada".
Lo cierto es que la poción no surtió efecto pues según los historiadores Qin Shihuang murió en el año 210 antes de JC, tras 11 años de reino imperial.
Qin Shihuang, originariamente rey del Estado de Qin, conquistó uno tras otro los demás seis reinos que integraban entonces China, unificando el país en 221 antes de JC y dándole el nombre por el que es conocido hoy en Occidente.
Cruel y despótico, se le atribuye la construcción de la Gran Muralla, la quema de libros y la ejecución de letrados.