Hoy se conmemoraron 32 años de la tragedia de Armero, con una jornada en la que se desarrollaron diferentes actividades en honor a todos los desaparecidos de esta catástrofe natural, que ocurrió el 13 de noviembre de 1985 en tierras tolimenses.
En este camposanto se efectuaron los principales actos protocolarios, religiosos y culturales, con la presencia de cientos de armeritas que sobrevivieron a esta avalancha que consumió la localidad. Al lugar llegaron sus familiares y personas que tradicionalmente hacen visita como acto de solidaridad.
El lunes, desde las 10 de la mañana se llevaron a cabo ceremonias religiosas con eucaristías en el parque central del municipio y también en la tumba de la niña Omayra Sánchez, símbolo de esta tragedia.
Y desde el viernes se han efectuado muestras artísticas, culturales, agrícolas y deportivas, enmarcadas en esta conmemoración en Armero - Guayabal.
Ejercicio de memoria
También se llevó a cabo una actividad especial organizada por Francisco González, un sobreviviente de Armero, y líder de la fundación Armando Armero, que se encarga de ayudar a encontrar todos esos niños que como él sobrevivieron, pero inexplicablemente desaparecieron para sus familiares. Ahora, simplemente hay muchas incógnitas de su paradero.
Seguramente bebés que fueron adoptados por conductos regulares o irregulares y que permanecen invisibles, relató Francisco en un comunicado.
Este armerita, que lidera la búsqueda, cuenta que a la fecha se tienen 393 expedientes, es decir, una base de datos con este número de menores desaparecidos que hoy ya son adultos, buscados todavía por sus familiares.
Por esto, su Fundación caminó con cerca de 300 menores, por las ruinas de Armero con su rostro cubierto por una foto de un niño desaparecido.
Ellos asumieron el rol de acuerdo a su edad y de manera silenciosa recorrieron las ruinas de su pueblo con la ilusión de que esa careta en poliestireno cobre vida algún día y que otros ADN en el cotejo den positivo. Esta impresión digital en forma de óvalo también lleva impreso el nombre y la edad del menor que tenía en 1985.
Con este ejercicio de memoria, la fundación Armando Armero y los alumnos del colegio Jiménez de Quesada de Armero - Guayabal simbolizaron la ausencia de los niños que fueron adoptados o literalmente robados durante y después de la tragedia.
“El sentido principal es que los estudiantes y las nuevas generaciones asuman la posición del otro, es decir, que conozcan lo que pasó hace 32 años, y se concienticen de las adopciones ilegales y el drama de todas estas madres con 393 niños que estamos buscando”, concluyó.
Las actividades para no olvidar las víctimas
La agenda inició a las 8 de la mañana, con la instalación de los ‘armeroscopios’ y continuó a las 9 de la mañana, con la sinfónica Casa de Arte.
La eucaristía como acto conmemorativo prosiguió a 10 de la mañana, con la presencia del obispo de Honda – Líbano, José Luis Henao, quien rendirá un sentido homenaje a este territorio con otros sacerdotes, en complemento con actividades musicales y dancísticas.
Y a las 11 de la mañana se llevó a cabo la lluvia de flores en el camposanto.