Desde 2016, la empresa que nació como un proyecto de 105 productores de palma del Catatumbo se ha ido fortaleciendo y convirtiéndose en una de las de mayor proyección en su sector.
Comenzaron siendo planta de palmiste, es decir, procesaban la almendra que es de donde se obtiene lo que es el aceite de palmiste y la torta de palmiste, base importante para la oleoquímica y ahora también tienen una planta de aceite crudo de palma que ya produce 15 toneladas por hora.
Angie Pérez, gerente de Oleonorte, reveló a La Opinión cuáles son los secretos del crecimiento de la empresa en los últimos años y a qué le apuestan en 2023.
¿Por qué decidieron apostar por el cultivo de palma?
Para nadie es un secreto que la palma llegó a Norte de Santander como método para sustituir los cultivos ilícitos, pero hemos descubierto que es altamente rentable y se mejora la calidad de vida de los productores. Entonces, por eso, apoyamos a esos productores inquietos que hace seis años decidieron crear Oleonorte.
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¿Cómo ven el cultivo de palma en Norte de Santander?
Hay un gran potencial, a pesar de las extensiones de siembra, pues no son las más extensas. Como empresas y todas las demás que trabajan con palma van por el mismo camino de ser eficientes en la siembra, de incluir la tecnología, ser sostenibles y productivos. Yo creo que el cultivo de palma es un cultivo de oportunidades.
¿Cuál fue el balance que les dejó 2022?
Todo fue muy positivo. Cerramos 2022 ampliando nuestra capacidad de producción que hace parte de un proyecto de ampliación bastante fuerte que tenemos. Además de hacer un acompañamiento importante de asistencia técnica a nuestros proveedores. Le estamos apostando mucho a que el que siembra palma lo haga bien, para mejorar la producción y contribuir con la sostenibilidad.
¿En qué van a trabajar para este 2023?
Continuamos con nuestro proceso de ampliación. Queremos llegar a las 21 toneladas hora de producción. Además, estamos trabajando en un proyecto de vivero para poder sacar más plántulas certificadas. Queremos fortalecer nuestra fundación para retribuir más a nuestra zona de influencia y estamos trabajando en tener nuestra línea de orgánicos. Hay mucho trabajo aún por hacer, pero el propósito es que Oleonorte siga creciendo.
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¿A qué le adjudican el crecimiento exponencial que han tenido?
Es cierto que somos una empresa nueva en el mercado, solo llevamos 6 años, pero tenemos el propósito de estar en mejora continua, fortaleciendo todos los factores que tenemos. Esto es simplemente un esfuerzo de los palmicultores de nuestra región.
Gerencialmente, ¿cuál ha sido el reto de dirigir una empresa de este sector?
Hacer las cosas con pasión es fundamental, porque contagias a los demás de ese entusiasmo. Tenemos un equipo de trabajo muy joven que no supera los 28 años, así que todos los días tenemos ideas nuevas. Estamos abiertos a la innovación y a la sostenibilidad porque queremos hacer las cosas siempre bien, y queremos que la gente esté contenta de trabajar en Oleonorte. Más que un equipo o grupo de trabajo somos una familia y eso se ve reflejado en la productividad. Hoy generamos 108 empleos directos y más de 1.500 indirectos.
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