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Cúcuta
En el barrio Los Olivos, los jóvenes tienen una nueva oportunidad
Los niños y adolescentes reciben formación deportiva y asistencia psicosocial.
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Jueves, 23 de Febrero de 2023

Con el propósito de transformar la vida de cientos de jóvenes en condiciones de vulnerabilidad a través del deporte y el fortalecimiento de valores, la Fundación Juventud Líder nació en el barrio Los Olivos de Cúcuta en el año 2013 y este año se aproxima a su décimo aniversario.

En su compromiso de contribuir con el desarrollo de las nuevas generaciones, han logrado impactar la vida de unos 8.100 niños y adolescentes de forma directa, vinculándolos a través del fútbol a la oportunidad de soñar con un mejor porvenir.

La fundación nació de la idea de un geólogo cucuteño, Víctor Fabricio Parra, de devolverle a su ciudad los valores y pasión por el deporte que le abrieron oportunidades en el extranjero.

Aunque se encuentra radicado en los Estados Unidos, su sueño se ha convertido en una valiosa labor social en la que lo acompañan su padre, hermano y otro grupo de profesionales que creyeron en la posibilidad de dar oportunidades a la juventud colombiana.


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Pedro León Parra, presidente de la Fundación Líder y padre de Fabricio Parra, cuenta que la fundación nació como una necesidad de ayudar a los niños, jóvenes y adolescentes de escasos recursos económicos, pertenecientes a los estratos uno y dos que viven en estado de vulnerabilidad.

Aunque el deporte es utilizado como un instrumento de transformación, desde la fundación también se estimula el estudio por medio de becas que llevan a cabo a través de un programa que han denominado “Plan Padrino”.

En el barrio Los Olivos, los jóvenes tienen una nueva oportunidad

 

El nacimiento de la Fundación Juventud Líder se dio precisamente en el barrio Los Olivos, cuando en medio de esa búsqueda por encontrar una comunidad dónde iniciar la labor, sus fundadores supieron del trabajo que realizaba un entrenador de fútbol en esa localidad de la Comuna 8 de Cúcuta.

Se trataba del pariente de un misionero salesiano que, con el respaldo de esta congregación religiosa, ofrecía un servicio social a cerca de 40 niños y adolescentes a través del deporte.

“Eran niños que no tenían recursos, no tenían balones, no tenían guayos, practicaban el fútbol descalzos”, recordó Parra.


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Eva María Gómez, cofundadora de la Fundación Juventud Líder, dijo que se enteraron de esta labor por un titular de La Opinión que les conmovió de especial manera porque era la radiografía de una juventud desasistida y en busca de oportunidades.

“Era un titular que expresaba ‘estos niños no existen’ y eso fue algo impactante, fue algo que nos marcó. Nosotros en ese momento que acabábamos de formar la fundación y estábamos intentando ver cómo implementar nuestros programas, vimos ese artículo y dijimos, aquí están nuestros niños”, contó.

Lo que al principio fue un acompañamiento se consolidó en un proyecto a gran escala que permite llegar a los hogares de decenas de jóvenes no solo en Cúcuta, porque los programas han llegado a otros departamentos como Magdalena y Bolívar.

En Norte de Santander, tienen presencia en el municipio Tibú, en el corregimiento de La Gabarra, donde por medio del fútbol brindan a los jóvenes una ventana hacia su formación educativa.

La fundación tiene dos líneas de acción: en el área deportiva ofrecen entrenamiento, logística y dotaciones para los jóvenes que forman parte de su programa bandera “Pasos de Ilusión”, para que puedan desarrollar sus habilidades en el fútbol.


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En ese mismo programa contemplan la línea sicosocial y de ella tienen a cargo un equipo de profesionales conformado por trabajadores sociales y sicólogos que se ocupan de evaluar las condiciones en las que viven estos jóvenes, así como las dinámicas de su entorno.

Además de la asistencia, los profesionales son quienes valoran su desempeño tanto deportivo como académico, para que puedan aspirar a becas que financian por medio de la figura de los padrinos, que son procedentes de distintos lugares de Colombia, pero que también residen en el extranjero.

Cupos limitados

Eva María Gómez, cofundadora de la fundación, dijo que a inicios de cada año tienen un proceso de inscripción y aunque solo pueden brindar, por el momento, asistencia a 120 niños y adolescentes, estos jóvenes no tienen que reunir un perfil para optar un cupo.

En el barrio Los Olivos, los jóvenes tienen una nueva oportunidad

 

Los trabajadores sociales realizan una caracterización, visitan a sus familias y verifican que se trate de personas que vivan en entornos vulnerables.

Una vez han ingresado al programa “Pases de ilusiones”, hay un proceso que siguen para poder ser acogidos para las becas del Plan Padrino y en este punto es fundamental que los jóvenes sobresalgan en su récord, tanto deportivo como académico.

“En esa caracterización se toma en cuenta también que las becas las reciban quienes tienen mayor necesidad”, explicó.


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En el momento, la Fundación Juventud Líder tiene 35 becas activas. Los niños que cursan estudios de primaria y secundaria, reciben material escolar, asistencia con complementos nutricionales y tutorías de refuerzo en materias como español, matemáticas e inglés.

Los que tienen un poco más de edad y cursan estudios de formación en carreras técnicas o universitarias, obtienen como beca un auxilio para su matrícula académica por medio de los aportes fijos que brindan quienes los apadrinan.

Estrenan sede

Para su décimo aniversario, la Fundación Juventud Líder inauguró su única sede en física, ubicada en el barrio Los Olivos, donde nació una apuesta por consolidar la labor social que realizan gracias al apoyo financiero de la empresa privada y de socios que se han sumado a la tarea.

Leonardo Parra, miembro de la junta directiva de la fundación, dijo que durante los últimos años estuvieron trabajando en espacios que tenían en arriendo porque no contaban con una sede propia.

“Siempre se pensó en unas instalaciones para que los niños, por ejemplo, algún día pasarán por acá y de otras sedes que vinieran y se pudieran hospedar algunos días para recibir lo que no pueden recibir en esos pueblos alejados”, comentó.


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La oportunidad llegó y de esa manera adquirieron la vivienda que fue acondicionada para recibir a los jóvenes que acogen con sus programas y que cuenta con dormitorios, espacios deportivos, depósito de materiales y hasta un taller donde reciben a las madres de los jóvenes a quienes también apoyan con capacitaciones en artes y oficios por medio de las escuelas de padres.

“Logramos descubrir con el tiempo que el problema no era solamente darles educación o un plato de comida, sino que la educación también venía con los padres y con ellos también estamos trabajando”, agregó.

Indicó que, aunque tienen apenas unos días abiertos, esperan un mayor acercamiento con los niños, no solo de Los Olivos, sino de otras comunidades como Sabana Verde, la Fortaleza, Belisario, El Rodeo y Antonia Santos a las que pertenecen los jóvenes que ahora asisten.

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