La mañana de ayer no fue común para residentes y transeúntes que se movilizaban en las cercanías a la glorieta de San Mateo, en vista de los altercados presentados sobre el mural del puente Carlos Ramírez Paris.

Todo ocurrió sobre las 9:00 a.m., cuando varios colectivos activistas de la ciudad, acompañados de algunas fundaciones, arribaron a la infraestructura para realizar un grafiti alusivo a la coyuntura social que atraviesa el Catatumbo.

En contraposición a esta postura, varios líderes comunales, veedores de organizaciones y ciudadanos se acercaron minutos después con el fin de no dejar pintar el mural, que había sido retocado con el tricolor nacional.

En ese sentido, diversos funcionarios municipales como Santiago Burbano, subsecretario de Gobierno, acudieron a la glorieta de San Mateo para intentar aplacar la situación mediante una mesa de diálogo entre ambas partes celebrada en un primer momento debajo mismo del puente.

Se fueron al PMU

Tras unos instantes, se decidió continuar la reunión en el Puesto de Mando Unificado (PMU) de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), pero todo aquello no duró más de 20 minutos.

“Mientras estábamos dialogando nos llegaron varios mensajes y fotografías que mostraban a los simpatizantes de los colectivos activistas pintando sobre el símbolo patrio, cosa que habíamos acordado que no se hiciera durante la reunión”, precisó Edward Patiño, veedor ciudadano y defensor de derechos humanos.

De inmediato, todas las personas en la reunión se devolvieron al puente a impedir que se siguiera pintando el mural, y fue entonces cuando empezaron los disturbios sobre esa zona de la redoma, que fueron controlados por miembros de la Unidad de Dialogo y Mantenimiento del Orden (Undmo).

Opiniones divididas

Conforme a lo expresado con el líder social Sergio Olaya, “habíamos llegado a un acuerdo sanamente con los del otro grupo para que se pintara el mensaje “Paz Catatumbo”, y se estaban ultimando detalles como el color, la anchura del grafiti entre otros”.

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Sin embargo, “ellos faltaron a la palabra, pues apenas llegamos allá algunos simpatizantes comenzaron a pintar, y aunque en un principio se tuvo la disposición de dialogo de parte de varios de ellos, ocurrió todo lo contrario”, sostuvo Olaya.

Para Víctor Manuel Moreno, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de San Mateo, el puente Carlos Ramírez Paris se convirtió en el puente de la discordia, pues en años anteriores se presentaron este tipo de situaciones, “y siempre vienen aquí para dañar el patrimonio de la ciudad, así como de los cucuteños que nos metemos la mano al bolsillo para pagar las cosas que salen de acá”. 

Mientras que por el lado de los colectivos afirmaron que la intención que se tenía con el grafiti era buscar la paz, “pero un grupo de fascistas enviados por los políticos tradicionales nos vinieron a censurar”, manifestó uno de ellos.

Finalmente, toda esta situación quedó con la frase “Paz Catatumbo” a medio pintar, y con los líderes de ambos lados retirándose del puente Carlos Ramírez Paris sobre el mediodía sin llegar a ningún acuerdo.

La discordia empezó hace unos días

Cabe destacar que los disturbios en la infraestructura comenzaron el pasado 26 de enero, en el momento en que varios integrantes de los colectivos ciudadanos llegaron al puente para borrar murales representativos a la flora y fauna de Norte de Santander.

Desde ese momento empezaron las controversias a favor y en contra sobre lo que se debía hacer en el puente, no obstante esta acción se llevó a cabo sin contar con el debido permiso ni autorización por parte de la administración municipal.

Ante esta situación, la Alcaldía de Cúcuta, a través de un comunicado, catalogó este hecho como una irregularidad, pues “no se recibió ninguna solicitud formal ante las secretarías de Gobierno, Tránsito ni de Planeación Municipal para llevar a cabo esta acción”.

Por consiguiente, el secretario de Gobierno Miguel Castellanos fue a las instalaciones de la Fiscalía el día siguiente para instaurar una denuncia por el delito de daño en bien ajeno, debido a que el mural fue pintado con recursos de la Alcaldía, que oscilaban entre los 109 millones de pesos.

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