No es uno, ni dos, son 15 los años acumulados de necesidades y precariedades en el barrio Colinas del Tunal, donde más de 500 familias aseguran sentirse marginados por las autoridades municipales.
Cansados de escuchar promesas de campaña, sin que nadie les cumpla, y con una sequía de más de 20 días como detonante, este lunes 26 de agosto sus habitantes decidieron tomar las vías de hecho, para reclamar por el abandono institucional en el que dicen estar.
“No tenemos vías de acceso, alcantarillado, alumbrado público, no contamos con redes hidráulicas, no tenemos agua, no tenemos seguridad. Tenemos todas las problemáticas, y no ha habido respuesta por parte del Estado durante todos estos años”, explicó Raúl Arévalo, presidente del asentamiento humano Colinas del Tunal.
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Así las cosas, el cierre intermitente de la vía en la redoma El Salado, fue la alternativa que encontraron estas personas para hacerse sentir en una acción que, advirtieron, mantendrían de manera permanente si no les dan soluciones concretas.
En esta comunidad confluyen personas de alta vulnerabilidad, como víctimas del conflicto armado, que han llegado desplazadas por situaciones de amenaza; adultos mayores, personas con capacidades especiales, migrantes venezolanos, “tenemos una población bastante mixta y con todas las necesidades”, añadió el dirigente comunitario.
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“Hemos llevado las peticiones por medio de los PQRS a la secretarías, pero las respuestas son las mismas de siempre: no hay legalidad, no hay presupuesto, en fin, que no hay un horizonte claro para esta comunidad y ese es el malestar que nosotros tenemos”, dijo Arévalo.
Sostuvo que lo pocos servicios con los que cuenta el barrio son el resultado de la gestión de los propios habitantes, como la construcción de las redes de agua, los alcantarillados, en fin, sin embargo reconoce que todo se ha hecho de una manera muy artesanal, por el mismo abandono, entonces “tenemos esos problemas, porque no contamos con los recursos y no todo queda bien hecho”, indicó el dirigente.
“No hay gobierno, no hay institucionalidad, la administración municipal tiene esto como si fuera una finca”, afirmó por su parte Mario Flores, un líder defensor de los derechos humanos, habitante del Tunal.
No hay agua pero sí llegan las facturas
El detonante de la protesta de los habitantes de El Tunal es la escasez de agua que padecen desde hace por lo menos 25 días.
No obstante, hay que aclarar que en los 15 años que tiene este asentamiento humano informal, nunca han tenido un servicio corriente. Al respecto, Jefferson Estévez, otro habitante del lugar, explicó que habitualmente venían captando el agua por medio de motobombas u otros métodos artesanales, un servicio que facilitaba la Fundación V&C, pero que hace varios días no aparece, salvo para entregar facturas de cobro, que no entiende de qué si no hay servicio.
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Esta situación tiene afectada sobre todo a mujeres embarazadas, niños y personas de la tercera edad, que se ven limitadas en todas sus labores domésticas. En medio de la crisis, Estévez señaló que en ocasiones para poder cocinar han tenido que echar mano al agua de lluvia, “la hervimos y ahí sí la aprovechamos para consumo”, dijo.
Estévez reconoció que la medida era incómoda, sobre todo para los conductores, “pero si nosotros no hacemos esto, el alcalde –Jorge Acevedo- tampoco hace nada; se gastaron una plata en las ferias ¿Y nosotros, el pueblo? necesitamos una solución urgente porque el pueblo se está quedando sin agua y lo que necesita la gente para vivir es el agua”, expresó.
Luego de más de medio día de protesta en la redoma El Salado, se conoció que la alcaldía de Cúcuta, través de la Secretaria de Gobierno, llamó a una mesa de trabajo a los dirigentes de la comunidad afectada, con el ánimo de buscar soluciones a las problemáticas.
Con este gesto de por medio, los vecinos del Tunal accedieron a levantar la protesta y permitir el libre tránsito vehicular, al menos mientras exponían el drama de la comunidad y buscaban soluciones oportunas e inmediatas.
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