Por qué si en Cúcuta hay alta demanda laboral y la profesión está agarrando fuerza a nivel país, los niños, niñas y jóvenes no están interesados en aprender el oficio de programación digital. La incógnita llevó a adelantar un plan piloto para conocer los motivos y los promotores se encontraron con varias sorpresas.

La iniciativa, realizada por jóvenes cucuteños, consistió en ofertar el curso ‘Aprende a desarrollar videojuegos desde cero’.

En ese proceso de inscripción descubrieron que algunos no tenían los ingresos necesarios para hacer el taller, pues al inicio lo ofrecieron por un precio de $300.000, luego lo bajaron a $200.000 para ver qué tan dispuestas estaban las personas a pagar para que sus hijos se formaran en dos semanas.

También se dieron cuenta de que la mayoría no contaba un computador para efectuar los trabajos o en su defecto, los padres de familia desconocían el tema y creían que este no tenía salida laboral.

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Asimismo, señalaron que son muy pocas las empresas que desarrollan software en la región y que no hay líderes que ayuden a solucionar los problemas de la ciudad por medio de las herramientas tecnológicas.

“Es una oportunidad para que no haya ‘ninis’ en la región, es decir, personas que no estudian ni trabajan, por eso queremos crear una escuela de líderes de programación para que los jóvenes se formen en un año y luego tengan trabajo de una vez.

Ya lo está haciendo Bogotá, Bucaramanga, Cartagena, Medellín y Barranquilla”, dijo Miguel Hernández, líder juvenil del movimiento ciudadano Nuevas Ideas.

Esperan reunirse con la nueva Alcaldía, y con el presidente de la Cámara de Comercio para impulsar esa formación de líderes en programación y evitar la informalidad y el desempleo en la ciudad.

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La formación académica

Siete niños hicieron parte del curso ‘Aprenden a desarrollar videojuegos desde cero’, el cual tuvo una duración de dos semanas, de lunes a viernes de 3 a 6 de la tarde.

Los pequeños adquirieron conocimientos en programar videojuegos, utilizar herramientas como Godot y desarrollar habilidades blandas para el éxito en la industria.

Los proyectos estuvieron enfocados en solucionar problemas de la ciudad, como el del consumo de sustancias psicoactivas, que buscó sensibilizar a la ciudadanía en cuanto a los riesgos que se puedan generar de esta adicción.

Al final del juego, la persona puede escoger si el personaje fallece o se salva con la ayuda de las entidades competentes y familiares.

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Una de las niñas que participó creó uno que conecta a los jóvenes con la palabra de Dios, ya que hay información, de forma creativa, de la Biblia y todo lo relacionado con el creador.

Otro muchacho desarrolló un videojuego para disminuir el porcentaje de quemados por la pólvora y concientizar a los cucuteños de que este no es un juego.

En Cúcuta

La Alcaldía tiene unos espacios diseñados para que los jóvenes apasionados por los videojuegos se capaciten, uno de ellos es el Smart Places, donde un grupo de profesionales forman a niños, niñas y jóvenes en programación de electrónica básica con Arduino y Desarrollo de Videojuegos en 2D.

“De esas capacitaciones, que superan la cifra de 300 jóvenes por grupo, se crearon dos semilleros de investigación enfocados en esas dos áreas, incluso se formaron chicos en condición de discapacidad auditiva, con capacidades de aprendizaje diversas o síndrome de Asperger”, afirmó la Oficina de las TIC de Cúcuta.

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