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Carlos Morales, la voz que le narra a la Selección Colombia
"Si gana Colombia o pierde, los problemas no se solucionarán de la noche a la mañana. Necesitamos unirnos para sacar esto adelante", dijo el narrador de Caracol Televisión.
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Sábado, 12 de Junio de 2021

Desde hace dos años, los partidos de la Selección Colombia transmitidos por Caracol, canal propietario de los derechos televisivos del combinado nacional en partidos de Eliminatorias y amistosos para el país, vienen siendo narrados por una voz que a lo largo de los últimos años era la encargada de relatar a los otros juegos de la parrilla. 

Se trata de Carlos Alberto Morales, el periodista deportivo ibaguereño con más de una década al servicio de Caracol Televisión, quien servirá para narrarle al país los partidos de la Tricolor en la Copa América de Brasil 2021. 

Su primer reto será en el debut de Colombia en domingo sobre las 7:00 p.m. ante Ecuador, partido que además de Caracol, será transmitido por RCN Televisión, Win Sports + y DirecTV. 

La Opinión conversó con Morales, quien contó detalles y pormenores de la preparación para casi un mes de trabajo con partidos de la Selección, en la que será su segunda Copa América al servicio del equipo nacional.  

Carlos, así como los equipos profesionales hacen una pretemporada, ¿usted cómo narrador como se prepara para semanas intensas de trabajo?

Si hay una preparación previa. En lo posible se procura, primero que todo, comer bien y dormir bien. El sueño es el alimento de la voz y habrá días de mucha carga donde no te alcanzas a recuperar. 

La preparación física es buena pero más que eso es no forzar la garganta en el día a días. Además de estar tranquilo y bien informado, que seguramente nos ayudará a tener un desempeño óptimo. 

¿Cómo vive las horas previas al relato?

Descanso. Estoy al tanto de los detalles de las selecciones que se van a enfrentar. Tomó datos de jugadores, apodos, dónde jugó, cuántos goles o hace cuanto no marca y otra serie de detalles que nos llevan un tiempo buscando para enriquecer la transmisión. No es la obligación número uno del narrador porque hay una persona destinada para eso pero en las narraciones se puede imprimir un dato, muy mesurado para no saturar. 

En medio de la narración el juego te va dando un norte, una guía. Muchas veces lo que uno prepara no se dice. 

Narrar en pandemia, sin ir a los estadios, en algunas ocasiones desde la virtualidad… ¿Es difícil?

Cambia mucho. La emoción, el compartir, el opinar estando juntos a los compañeros no tiene punto de comparación. 

Hay cosas difíciles de manejar pero cuando uno logra ver al compañero que prepara y dialoga, la diferencia es gigante. Siempre será bueno poder cambiar opiniones durante la transmisión. Tratamos de arreglar la transmisión en diferentes espacios. Eso hace enriquecer el trabajo. 

Todo trabajo en equipo siempre será fundamental. La serie de ir amalgamando conceptos te ayuda para futuras transmisiones. 

¿Pesa la responsabilidad de narrarle los partidos de la Selección a todo un país?

Es la misma que tuvimos en la Copa América pasada de acompañarla hasta donde el juego lo permitió, tratando de entregar un buen trabajo. Cada uno con el estilo de cada uno. Se cumple con la entrega, el estudio y la emoción a la par de la Selección. 

Si a la Selección le va muy mal, uno tampoco caerá con todo. Tener mesura es responsabilidad. Lo mismo cuando se gana, tampoco desbordarnos. La prensa cumple con ese papel en estas épocas de lo que vive el país, el llamado es a la unión a través de la Selección. 

Si gana Colombia o pierde, los problemas no se solucionarán de la noche a la mañana. Necesitamos unirnos para sacar esto adelante. 

Todo radica en la mesura, emocionarnos, entregarnos pero no desbordarnos. Disfrutarlo sin llegar a los extremos es la responsabilidad de lo que opinamos y lo que está sucediendo. 

Precisamente hablando de mesura, ¿en qué momento se da cuenta que tiene que variar la narración?

Todo radica en los momentos del partido. Ejemplo en el duelo contra Argentina: en el caso del gol de penal uno entiende que no es un gol de la final de un mundial. Vamos abajo y en el relato hay que se consientes de ellos, esa es la mesura. Sí, uno invita a que hay esperanza, de que podemos, que hay ilusión pero no podemos caer en la mentira de decir que hay tiempo cuando falta un minuto y se va perdiendo 3-0. 

Ya cuando llega el gol en el último momento se desata toda la emoción, se expresa recodando que hicieron tiempo, que el arbitraje no fue bueno. Eso es algo de momento, la mente te va dando  las palabras y el tono adecuado para ir emocionando a quien siente lo mismo o más que uno. 

El contexto de tener rebeldía para poder empatar, te da un buen sabor de boca el empate. Todo eso ayuda a que se implore esa emoción. 

¿Cómo narra los goles?

Trabajo siempre de pie. Como se vive en un momento de tanta alegría, uno se concentra, cierra los ojos, canta el gol. Estamos concentrados en lo que hacemos, hay brincos, brazos en alto, alegría… florece siempre la emoción. 

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